REPORTAJE: Elecciones 27M

Un concejal en libertad provisional

El ex alcalde de Ciempozuelos Pedro Torrejón, elegido edil tras su paso por prisión

El País, SUSANA HIDALGO, 28-05-2007

Al mediodía de ayer Ciempozuelos (18.764 habitantes) era un pueblo fantasma. No había nadie por la calle. Los colegios electorales estaban casi vacíos y los miembros de las mesas no tenían mucho que hacer. La celebración del partido de fútbol entre el Ciempozuelos y el Pinto vació el municipio de vecinos durante dos horas y los trasladó al campo de la localidad. Máxima tensión: el equipo local se jugaba el ascenso de la Tercera División a la Segunda B. “Y luego corre Fernando Alonso, así que hasta por lo menos las cuatro nos vamos a aburrir…”, apuntó un miembro de una mesa electoral del colegio Ventura Rodríguez.

Muy a su pesar, el municipio ha sido protagonista en el último año por los escándalos de corrupción urbanística. El alcalde de la localidad por el PSOE, Pedro Torrejón, dimitió tras conocerse su supuesta implicación en una trama de corrupción, cohecho y blanqueo de capitales. Por estos hechos fue a la cárcel. Salió tras avalar la fianza judicial con siete pisos. Ahora está en libertad provisional y, lejos de retirarse, Torrejón ha vuelto a presentarse como candidato a las elecciones con un nuevo partido: Ciudadanos por Ciempozuelos (CPC). Y ha conseguido su objetivo: su partido ha obtenido dos concejales. El resto de ediles quedó repartido así: PP, seis; PSOE, cuatro; IU, tres, y dos para el Partido Independiente de Ciempozuelos (PIC).

La figura de Torrejón es controvertida: hay vecinos que respaldan su gestión durante los últimos cuatro años y otros que no entienden cómo ha podido presentarse de nuevo a alcalde. Carlos Martín, de 69 años, vecino “de toda la vida”, asegura: “En los pueblos se vota más a la persona que a los partidos”. El exalcalde y ahora concejal por el CPC llegó al colegio Ventura Rodríguez poco antes de comer. No era su colegio electoral, pero daba “una vuelta”. “Nadie me ha increpado ni he sentido rechazo”, aseguró. En cambio, a los veinteañeros Carolina, David y Rubén, no les parece nada bien que Torrejón sea candidato. “Con un proceso judicial abierto no puede presentarse a alcalde. Y tampoco entendemos cómo en Marbella han ido cien a la cárcel y aquí, no”, afirmaron.

En la otra punta de la región, en Alcalá de Henares (201.380 vecinos), dos incógnitas estaban en el aire: si el PP mantenía la alcaldía – lo consiguió, al renovar la mayoría absoluta – y el voto de los extranjeros. El 19% de los residentes son inmigrantes. Ayer, los ciudadanos rumanos, polacos o búlgaros, nuevos ciudadanos de la UE, se estrenaron en el voto municipal.

Los principales partidos de Alcalá han tenido contactos con las principales asociaciones de inmigrantes para atraer el voto foráneo. Con todo, los ciudadanos de la UE debían manifestar previamente su voluntad de votar para poder acudir a las urnas. Y son los menos los que han dado ese paso. Por ejemplo, en Alcalá residen 16.866 rumanos, de los que sólo 1.347 formaban parte del censo electoral. Muchos se mostraban ayer indiferentes con los resultados. Como Juanito Brenge, rumano de 19 años y con ocho meses en Alcalá. Sirve mesas en una terraza en la plaza de los Santos Niños. “No he votado. No tengo tiempo”, justificó.

La misma indiferencia reinaba entre los búlgaros. Svetlana, no ha votado porque, según dijo, no le había llegado “la carta del Ayuntamiento” que le explicaba lo que tenía que hacer para solicitar su inclusión en el censo.

Micaela, rumana de 40 años, tampoco votó. Ayer pasaba la tarde en Alcalá, aunque reside en Meco. Ella es economista y empezó limpiando casas. A Micaela no le gusta “el poder” que tienen las asociaciones de inmigrantes. “Todo lo que consiguen es para ellos. Si estás fuera no tienes derecho a nada”, se quejó.

La polaca Renata no acudió a votar porque era su día libre y quería descansar. “Quiero volver a mi país y por eso no me importa lo que pase en España, si me fuese a quedar sería otra cosa…”, explicó, antes de que el marido la interrumpiese con un sonado “¡Polytika nas me interesuje!” [“¡La política no nos interesa!”].

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