Los «nuevos» no serán decisivos

ABC, 27-05-2007

B. TORQUEMADA

MADRID. En la «cocina» de los partidos y entre los analistas demoscópicos también se ha puesto la mirada en los nuevos votantes de estos comicios, los más jóvenes y los inmigrantes. Son 1.740.000 ciudadanos, si tomamos la referencia las municipales y autonómicas de 2003, y 1.380.000 si el punto de comparación se fija en las legislativas de 2004. Casi el 5 por ciento del total de potenciales votantes, en suma.

Los estudiosos de la opinión pública hacen notar que en esa «bolsa» los jóvenes (más de un millón) que se incorporan al censo por primera vez tienen mucho más peso que los extranjeros, que no llegan a 400.000. Sí es significativo el hecho de que los foráneos con derecho a voto son en esta ocasión más del doble que en 2003, lo que tendrá repercusión puntual en localidades que se han convertido en polos de atracción de inmigrantes de una misma nacionalidad y en las que, por tanto, pueden canalizar sus intereses comunes. Caso de los rumanos afincados en nuestro país (con una concentración espectacular de 150.000 ciudadanos de esa nacionalidad en la Comunidad de Madrid) o, en la vertiente de «búsqueda de sol», de los alemanes o ingleses con residencia en diversos puntos del litoral.

Los expertos en prospectiva electoral no esperan grandes sorpresas en el comportamiento de los jóvenes votantes y, al esbozar tendencias, no aprecian singularidades llamativas en esa franja de edad, según explica José Pablo Ferrándiz, director de Estudios de Metroscopia: «Ese voto nuevo se lo repartirán básicamente el PSOE y el Partido Popular, de una manera muy parecida a lo que sucederá en otros grupos. También es aplicable a ellos que en las municipales ejercitarán un voto local, diferenciado del de unas generales». «Los jóvenes – añade – están muy próximos a los dos grandes partidos, sin que a estas alturas tenga mucha incidencia ese tópico según el cual ideológicamente se sienten más cerca de la izquierda que el resto de los ciudadanos».

El aspecto que quizá sí cabría esperar es, según Ferrándiz, «una mayor abstención de los jóvenes, ya que los estudios del CIS reflejan que les preocupa menos la política que a otros segmentos, aunque no creo que la diferencia resulte significativa porque, en contrapartida, no han experimentado aún el factor «desencanto» que lleva a la gente más madura a no votar». Así, asevera, ya no valen los anclajes del pasado, de la sociología de Linz. Ni la edad ni la clase social sirven para generalizaciones sobre la inclinación política.

Fuentes del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) comentan que no se ha estudiado específicamente la tendencia del voto joven, pero sí remiten al desglose por edades del Barómetro de enero, el último publicado que desciende a ese detalle («cruces», lo llaman los entendidos). En él se refleja algún dato significativo; por ejemplo, que la nueva era del talante no ha calado en los ciudadanos de entre 18 y 24 años: un 67,8 por ciento expresa que el presidente del Gobierno le inspira «poca» o «ninguna» confianza, diez puntos por encima de esa misma percepción en el resto de los españoles. Pese a ello, la intención directa de voto favorecía ampliamente al PSOE (29,9 frente a 16,7 para el PP), aunque el dato lo modula que esta circunstancia se daba, aunque más atenuada, en todas las edades y muchos nuevos votantes se declaraban indecisos o abstencionistas. Casi el 35 por ciento.

BARROSO

Más de 1,7 millones de jóvenes podrán votar por primera vez

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