JON TEJERIA BASERRITARRA DE LARRAUL

«El trabajo en el caserío es duro y nadie quiere trabajar en él»

Contrata inmigrantes desde hace siete años para cuidar de sus vacas

Diario Vasco, A. A., 27-05-2007

Jon Tejeria, baserritarra de Larraul, contrató hace siete años a un inmigrante para cuidar de las 95 vacas lecheras de su explotación ganadera. Desde entonces, varios extranjeros han pasado por el puesto, que requiere de una gran dedicación – «los animales hay que alimentarlos todos los días de la semana» – . Jon ofrece trabajo y también alojamiento. Su nuevo inquilino se llama Julio y es de Ecuador. «Duerme en casa, convive con nosotros. Es parte de la familia».



– ¿Por qué contrató a inmigrantes?

– El trabajo en el caserío es duro y muy esclavo. Hay que trabajar todos los días de la semana, incluido el domingo. Nos levantamos a las seis y media de la mañana para dar de comer a las vacas, luego hay que limpiar el establo, cuidar de los terneros. La jornada termina a las ocho y media de la tarde.

– ¿Qué condiciones les ofrece?

– Ahora tengo una persona contratada. Es de Ecuador. Además del sueldo, le ofrezco alojamiento. Vive en nuestra casa, con el resto de mi familia, mis padres, mi mujer y mi hijo.

– ¿Qué tal es la convivencia?

– Buena. No hay ningún problema. La casa es grande y cada uno tenemos nuestro espacio. Lo tratamos como si fueran parte de la familia. Llegó hace dos años y parece que el trabajo le gusta.

– ¿Fue fácil la contratación?

– Fue bastante difícil. El papeleo es engorroso. Coincidió con la regularización extraordinaria que permitió el Gobierno. Me puse en contacto con Heldu – el servicio de orientación del Gobierno Vasco – para informarme.

– ¿Sólo se presentan inmigrantes a este tipo de puestos de trabajo?

– Entre ellos funciona el boca a boca. Se conocen y se avisan de los trabajos. La gente de aquí no quiere saber nada del trabajo en el campo y muchos de los inmigrantes lo dejan en cuanto encuentran algo mejor. Lo que quieren son papeles, y cuando los consiguen dejan el trabajo y buscan otra cosa. Esto no es como una empresa en el que el trabajador ficha y trabaja sólo seis horas. Es más sacrificado.

– Pero les compensa.

– Sí. Todos los que han trabajado en el caserío se han mostrado muy agradecidos. Quieren trabajar, ganar algo de dinero y ayudar a su familia. Se sacrifican para conseguirlo. A mí me asombra mucho su actitud.

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