"Aprender el catalán nos da mejores opciones de integración"
El Periodico, , 26-05-2007Buba Jammeh (Jinack Kajata, 1958) es un tipo con las ideas claras. Este ciudadano de Gambia, casado con una leridana de Albesa y padre de dos hijos, es un ejemplo de inmigrante perfectamente integrado, pero también de hombre comprometido con sus raíces. Desde la asociación Gambia River Union trabaja para estimular la convivencia con la sociedad de los subsaharianos residentes y para ayudar a su país con proyectos de cooperación.
– – Habla el catalán con acento leridano. ¿Lleva muchos años aquí?
– – Veintitrés. Tenía un pariente en Lleida y aproveché la oportunidad que esta opción me daba para mejorar mi vida. En Gambia era recepcionista de un hotel y llegué con la idea de trabajar y estudiar.
– – ¿Le costó adaptarse?
– – Al principio, sí. Pero, poco a poco, lo conseguí. Hice un gran esfuerzo no solo trabajando sino también aprendiendo la lengua, algo que me ha dado más oportunidades de integración y más posibilidades de promoción social y laboral.
– – Hasta leyó un manifiesto el año pasado en el Correllengua…
– – Sí, sí. Y también participé en unas jornadas del Òmnium sobre el Estatut, en las que pedí el impulso de leyes que ayudaran a los inmigrantes, y en unos cursos de formación de formadores del Centre de Normalització Lingüística de Lleida.
– – ¿Aplica todas esas enseñanzas desde la asociación que preside?
– – Intento convencer a mis compatriotas de la necesidad de esforzarse para integrarse en su nueva cultura. Y lo mismo debería hacer alguien de aquí si se trasladara a Gambia. Yo le recomendaría que aprendiera el mandinga. Sé por experiencia que el grado de aceptación de la gente se multiplica si sigues ese camino.
– – ¿Es más difícil la integración para los subsaharianos?
– – Bastante más que para los que vienen de los países europeos del este y, naturalmente, los suramericanos, que llegan hablando el castellano. Por razones culturales, ellos se adaptan más rápido y tienen, de entrada, más facilidades para encontrar trabajo y vivienda. No olvide que la comunidad rumana es ya, después de la magrebí, la segunda en importancia en Lleida.
– – ¿Influye el color de la piel?
– – Creo que pesa más el hecho del desconocimiento mutuo inicial. Hay que hacer un esfuerzo para demostrar que venimos a trabajar y ser parte del tejido social. Después, cuando ya no hay desconfianza, todo es más sencillo.
– – ¿Tiene la sensación de vivir en una sociedad racista?
– – Solo lo detecto en pequeños reductos. Tanto yo como otros compatriotas nos sentimos cada vez mejor aceptados. Hoy la distancia entre culturas diferentes se reduce a dos horas de avión. Esta facilidad de comunicación y el acercamiento al entorno relativizan la distancia entre las dos civilizaciones.
– – Sí, pero dígaselo a esos políticos que utilizan el tema de la inmigración como arma arrojadiza.
– – No es una buena apuesta. La inmigración no ha de ser un motivo de confrontación, sino de debate para buscar soluciones. Vivimos en una sociedad cada vez más mestiza. Y no hay duda de que esa sociedad se enriquece con la suma de las diferentes identidades.
– – Pero hay problemas, como los que se han vivido en Lleida con la llegada de inmigrantes ilegales.
– – Soy partidario del control y de los contratos en origen, como ocurre en Guissona, donde los inmigrantes llegan con el puesto de trabajo y el alojamiento garantizados.
– – ¿Qué se puede hacer para parar la constante llegada de pateras?
– – Los que optan por esta aventura es porque están desesperados. Lo que hay que hacer es mejorar las relaciones entre los países para afrontar conjuntamente el problema y, a ser posible, potenciar la creación de riqueza en origen.
– – ¿Es lo que busca su asociación?
– – Con esta idea y la de ayudar a nuestros asociados y a otros africanos a encontrar trabajo y a integrarse la creamos hace dos años. Tenemos ya un proyecto en marcha y ahora estamos a la espera de que lleguen las ayudas institucionales para empezar a construir un centro, que beneficiará a 10 pueblos de Gambia, en el que se dará alfabetización, formación profesional y servirá para procesar productos agrícolas y darles salida comercial en el país y fuera de él.
– – Usted vota en todas las elecciones. ¿Qué haría si fuera alcalde?
– – Estimularía la convivencia y daría respuesta a las demandas de la sociedad: más fácil acceso a la vivienda, a las escuelas y a la sanidad. Y atendería las necesidades de los inmigrantes, que son gente trabajadora y uno de los motores del desarrollo de la zona.
– – En la finca de su familia, ¿contrata también emigrantes?
– – Durante los meses de recolección de la fruta incorporo compatriotas, pero con contratos legales, ¿eh?
– – Dicen que los subsaharianos asumen los trabajos más duros.
– – El problema es que no pueden escoger. Pero a la hora de trabajar, tanto en la construcción como en el campo o en la industria, su rendimiento está bien valorado.
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