“No hay ninguna maldición bíblica que condene a los barceloneses a sufrir otro tripartito”, aseguró ayer el candidato del Partido Popular por el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, en el mitin de clausura. El candidato cerró la campaña con nuevas críticas a la inmigración ilegal, uno de sus ejes principales, junto a sus continuas denuncias sobre inseguridad.

“El Ayuntamiento de Barcelona empezará el domingo una nueva etapa con el gobierno del Partido Popular, porque no sólo quiero crecer, sino además gobernar, y para eso necesitamos tu voto, un voto útil frente al tripartito. Tened confianza en el cambio nítido y sin trampas”, dijo enardecido Alberto Fernández.

“Vamos a dar a Barcelona más seguridad y a frenar la inmigración ilegal, a restaurar una sociedad basada en valores, en la libertad, para que los padres puedan decidir en qué lengua quieren educar a sus hijos”, aseguró a los comensales, ante los que se comprometió a garantizar “para siempre un ayuntamiento bilingüe”.

El acto de clausura de la campaña del Partido Popular en Barcelona se celebró en un polideportivo de Les Corts y congregó a más de 500 comensales, que previamente habían pagado 25 euros por la cena.

El presidente del Partido Popular de Cataluña, Josep Pique, cerró el acto reiterando los dos ejes de la campaña del candidato barcelonés: la seguridad y la inmigración. Piqué destacó que estos dos objetivos habían hecho que se le dirigieran insultos e improperios, pero que eran, en definitiva, los asuntos que preocupan a la gente y los que habían dado el triunfo a Sarkozy en Francia, frente a la izquierda.

Las últimas frases del mitin de los populares sirvieron para atacar a Convergència i Unió. “Trias está dispuesto a pactar con todos para recuperar el poder autonómico y local”, dijo Piqué.