Trump eleva su mensaje xenófobo a niveles inéditos al señalar a los inmigrantes somalíes como "basura"
El presidente insta al ICE a hacer redadas en Minnesota contra la comunidad africana tras ordenar que no entren más personas del Tercer Mundo en EEUU y paralizar las demandas de asilo
El Mundo, , 04-12-2025El mensaje recurrente de Donald Trump desde que entró en política es que la inmigración es el gran problema de Estados Unidos y que la única solución para un país arruinado era cerrar las fronteras y las deportaciones masivas. El presidente de EEUU lleva una década criminalizando a los extranjeros, culpándolos de todos los males, desde crímenes violentos al tráfico de drogas, pasando por el aumento del coste de la vida, el precio de la vivienda o la falta de recursos en educación o sanidad. Y gracias en buena medida a ello ha ganado dos veces las elecciones. Pero en la última semana, la retórica de Trump se ha desatado hasta niveles inéditos, con un lenguaje cada vez más agresivo, deshumanizante y cargado de odio.
El detonante fue el ataque a dos jóvenes de la Guardia Nacional en Washington en la víspera de Acción de Gracias. El autor, un afgano que trabajó para la CIA y después fue admitido en el país cuando los taliban volvieron al poder, mató a una soldado de 20 años e hirió gravemente a su compañero. Trump, que ya había ordenado reducir a sólo 7.500 las admisiones de refugiados cada año, y reservado la mayor parte del cupo a los ciudadanos blancos de Sudáfrica, anunció que cerraba completamente las puertas. “Vamos a detener permanentemente la migración de todos los países del Tercer Mundo” y “expulsar a cualquiera que no sea un activo útil para Estados Unidos”, escribió en la medianoche de Acción de Gracias, la gran fiesta de concordia y unidad que reúne a las familias.
Desde entonces, cada día ha dado rienda suelta a su furia, hablando del tercer y del cuarto mundo, y despreciando a los países más pobres. Contra los afganos, culpando a Joe Biden y diciendo que revisará de nuevo todas las peticiones de asilo aprobadas en el pasado. A los inmigrantes en general, asegurando que revisarán todas las concesiones de Green Card, el instrumento más ansiado y cotizado por los inmigrantes para residir en el país legalmente. Y en especial, contra la población somalí, mostrando una de sus recurrentes obsesiones. Hay unas 260.000 personas de ascendencia somalí en Estados Unidos, y en torno a 85.000 (la amplia mayoría, ciudadanos estadounidenses) viven en el área de Minneapolis-St. Paul. En un estado cuyo gobernador es Tim Walz, el escogido por Kamala Harris como candidato a vicepresidente del país.
“Walz es un hombre tremendamente incompetente”, atacó Trump el martes en una larga diatriba durante su Consejo de ministros, un espectáculo de casi dos horas en el que él habla sin parar frente a las cámaras y luego pasa la palabra a los miembros de su gabinete. Ahí, entre amagos de quedarse dormido y preguntas, Trump arremetió contra Somalia y contra la congresista Ilhan Omar, que es de origen somalí, una de las pocas musulmanas del Congreso. “Apenas es un país, no tienen nada. Simplemente andan por ahí matándose unos a otros. No hay estructura. Y cuando veo a alguien como Omar, a quien no conozco de nada, pero que siempre se queja sobre nuestra Constitución….. Odia a todo el mundo, odia a los judíos, odia a todo el mundo. Y creo que es una persona incompetente. Es una persona realmente terrible”, insistió sin una razón aparente.
En los siguientes minutos, fue a más. “Minnesota, la tierra de los mil lagos, es un lugar hermoso y esta gente está robándolo. Y los somalíes han estafado a ese estado por miles de millones de dólares cada año y no aportan nada. La asistencia social es como del 88%. No aportan nada. No los quiero en nuestro país, para ser honesto. Alguien dirá: ‘Oh, eso no es políticamente correcto’. No me importa. No los quiero. Su país no sirve, su país apesta, y no los queremos en el nuestro (…) Seguimos recibiendo basura. Omar es basura. Ella es basura, sus amigos son basura (…) que regresen a donde vinieron y lo arreglen”, concluyó entre aplausos de su equipo.
El nivel de violencia verbal recuerda mucho al usado durante la campaña electoral contra los haitianos. Un grupo neonazi de Ohio difundió la historia falsa de que los inmigrantes haitianos se estaban comiendo a las mascotas de la gente, tergiversando una historia de un gato perdido. Trump y su vicepresidente, J.D. Vance, se apropiaron del bulo y lo difundieron una y otra vez en mítines y discursos, a pesar de que sabían perfectamente que no era verdad. Y de las consecuencias para miles de personas, que empezaron a recibir ataques y se tuvieron que ocultar durante días o semanas.
Ahora todo parte de dos hechos. El primero, un texto publicado por Christopher Rufo, un activista conservador, asegurando con fuentes anónimas que una cantidad importante de dinero de los contribuyentes, procedentes de programas gubernamentales, ha servido para financiar a al-Shabab, una filial de Al Qaeda que controla partes de Somalia. El segundo, que hay en efecto un gran caso de fraude, liderado por un estadounidense, pero en el que estaban implicados ciudadanos de origen somalí, que estafaron cientos de millones en ayudas para menores durante la pandemia.
Trump anunció hace unas semanas la cancelación del Estatus de Protección Temporal para migrantes somalíes en Minnesota, que según cálculos oficiales son apenas unos pocos cientos. Y sobre todo, ha ordenado que el ICE, la agencia encargada de cuestiones migratorias, realice operaciones sobre el terreno contra la comunidad somalí.
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