Hace semanas que el asunto copa portadas y tertulias, pero una de las partes implicadas sigue sin tener detalles acerca de lo que va a ocurrir. Desde que el 18 de marzo viera la luz el acuerdo entre el Gobierno y Junts para la distribución de los menores migrantes no acompañados que se encuentran en centros de Canarias, todo es incertidumbre, preguntas y pocas respuestas. Las regiones, más de un mes más tarde, siguen esperando un gesto por parte del Gobierno que aporte luz a la situación y desbloquee el quebradero que supone la acogida de más menores por parte de la administración autonómica, que hacen cálculos a ciegas a la espera de que el ministerio de Juventud e Infancia se pronuncie.

Es ya, de hecho, la convocatoria por parte de la ministra Sira Rego y la cita que todos los gobiernos autonómicos esperan una vez superado el parón de Semana Santa. Unos días en los que el Gobierno territorial de Isabel Díaz Ayuso no ha bajado la guardia en este aspecto, ante la previsión de que la llamada por parte del ministerio se produzca de cara a la próxima semana o incluso para finales de la actual. Una reunión que en cualquiera de los casos, admiten desde la Comunidad de Madrid, «precipitará» el choque por una distribución que las regiones ya anticipan desigual y con un claro beneficio para Cataluña, en una nueva cesión de Moncloa al independentismo.

Pero por ahora la incógnita es absoluta. «No sabemos nada, tenemos cero información» es la respuesta, casi mecánica, que emerge desde la Consejería de Asuntos Sociales, comandada por Ana Dávila, para expresar el bloqueo en el que se encuentra la situación antes de la tormenta que previsiblemente desatará el cónclave entre autonomías. La negativa por parte de las regiones coordinadas por el Partido Popular ya ha avanzado que el reparto terminará ante la Justicia europea, pero por el momento todas las comunidades duplicarán esfuerzos para acoger hasta el último menor migrante.

Un trabajo por ahora a ciegas que en la Comunidad de Madrid pasa inevitablemente por Fuenlabrada, donde La Cantueña, el centro habilitado meses atrás para la llegada de menores extranjeros, cuenta con la posibilidad de aumentar las plazas dado el tamaño de sus instalaciones. En este sentido, la consejera Dávila confirmó el fin de semana pasado, durante una entrevista con Servimedia, la información adelantada por GRAN MADRID el 20 de marzo acerca de que la «primera opción» en estos momentos es la adecuación de La Cantueña para la recepción de más menores no acompañados, aunque no se descarta otros espacios en diferentes municipios.

Esa será, creen en los pasillos de Sol, la siguiente batalla política en clave autonómica, ya que todo aquello que rodea a La Cantueña desata el choque político entre el Ayuntamiento de Fuenlabrada, comandado por el PSOE, y el Gobierno regional. También con otras administraciones, como la Delegación de Gobierno, que defiende el acuerdo para acoger menores pero discrepa con Ayuso en la ubicación del centro de Fuenlabrada, ya que critican que no se encuentra en un lugar idóneo para la adaptación de los jóvenes extranjeros no acompañados.