Es su primera gran victoria legislativa y lo ha conseguido después de tres días de llegar a la Casa Blanca. Donald Trump avanza sin frenos en la consecución de sus objetivos. La Cámara de Representantes ha aprobado un proyecto de ley que exige la detención de inmigrantes no autorizados que hayan sido acusados de robo y delitos con violencia. El Senado ya dio su aprobación a principios de esta semana, con el apoyo de 12 demócratas, y ahora la Cámara Baja ha hecho lo mismo contando con el respaldo de otros 46 para finalmente aprobar la nueva norma que se ha vuelto una cuestión clave en EE UU

Solo queda que la firme Donald Trump, pero su aplicación no va a ser fácil. La nueva Ley Laken Riley (llamada así en honor a una estudiante de enfermería de Georgia de 22 años que fue asesinada el año pasado por un venezolano indocumentado recién llegado al país), pondrá a prueba los recursos y capacidad de ICE, (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas del país, por sus siglas en inglés), ya que no incluye ningún apoyo económico adicional y los funcionarios federales ya han advertido de que los recursos actuales son insuficientes para llevar a cabo la ejecución de la ley.

«ICE sería incapaz de ejecutar la implementación completa con los recursos existentes», dijo la agencia en un comunicado, argumentando que cuentan solo con un estimado de 3.200 millones de dólares (3.066 millones de euros) que, según ellos, es insuficiente. Según los Servicios de Inmigración, serían necesarias «100.000 camas adicionales para el número de personas a quienes afecta la ley», además de «nuevas contrataciones», y todo ello supone un gasto.

Mientras este asunto se soluciona, Trump ya ha puesto en marcha varias medidas para aplicar su tolerancia cero con la inmigración, como por ejemplo acabar con las zonas seguras en las ciudades santuario (iglesias, hospitales, refugios y escuelas), enviar 1.500 soldados más a la frontera sur, cerrar la aplicación para trámites de estatus legales, o comenzar las redadas en ocho de las principales ciudades santuario del país, como Miami, Denver, Filadelfia o Washington D.C.

Según el nuevo «zar de la frontera» elegido por Trump, Tom Homan, solo en el primer día de mandato del republicano más de 300 inmigrantes fueron detenidos en todo el país, «algunos de ellos eran violadores, otros asesinos, algunos habían abusado de niños». «El ICE está haciendo su trabajo, está priorizando, tal y como dijo el presidente que se haría», aseguró en una entrevista con la cadena Fox.

Además, el nuevo mandatario norteamericano ha iniciado ya el proceso para acabar con la nacionalidad por nacimiento, un movimiento que augura un largo desafío legal. La expresidenta del Caucus Hispano del Congreso (CHC), Nanette Barragán, criticó la aprobación de la nueva ley asegurando que «es una vergüenza que la primera del nuevo Congreso pondrá un objetivo en la espalda de millones de nuestros vecinos e incrementaran la militarización de nuestros vecindarios». Barragán advirtió que se trata de una norma de «perfil racial» que discrimina a los hispanos y latinos.

Con las dos Cámaras dominadas por los republicanos, el nuevo presidente va a tener que enfrentar muchas menos hostilidades que su predecesor para conseguir imponer sus objetivos. La rápida aprobación de la Ley Laken Riley sin encontrar prácticamente trabas es prueba de ello.

Sin embargo, hay demócratas opuestos a esta legislación porque aseguran que de esta manera se le está otorgando un poder a los fiscales generales del estado y los jueces federales excesivamente expansivo con respecto al bloqueo de visados.