Friedrich Merz, candidato de los conservadores alemanes a la Cancillería, pretende seguir los pasos del presidente estadounidense Donald Trump con los migrantes ilegales si gana las elecciones generales, que se celebrarán anticipadamente el 23 de febrero. En su primer día de mandato, dará instrucciones al Ministerio Federal del Interior para que, haciendo uso de su autoridad para dictar directivas, “controle permanentemente las fronteras nacionales de Alemania con todos nuestros vecinos y rechace todos los intentos de entrada ilegal sin excepción”. Habrá “una prohibición de facto de entrada en la República Federal de Alemania para todos aquellos que no dispongan de documentos de entrada válidos”. Esto también se aplicaría explícitamente a las personas con derecho a protección. “Las normas europeas Dublín, Schengen, Eurodac son reconocidamente disfuncionales, por lo que Alemania debe hacer uso de su derecho a dar primacía al derecho nacional”, ha declarado este jueves, durante su intervención en el Diálogo de Líderes Globales celebrado en Berlín.

Hace tiempo que Merz, su partido la Unión Cristianodemócrata (CDU) y sus socios bávaros de la Unión Socialcristiana (CSU) se han distanciado de la política de puertas abiertas de la ex canciller Angela Merkel, pero han sido la reciente serie de ataques perpetrados por refugiados lo que ha empujado a los conservadores a adoptar posiciones propias de Alternativa para Alemania (AfD), partido antinmigración que avanza por la derecha. El último episodio mortal a manos de un refugiado se produjo este miércoles en un parque de la ciudad bávara de Aschaffenburgo. Un afgano de 28 años, que debería haber abandonado el país hace dos años, fichado por la Policía por violencia y con historial psiquiátrico, apuñaló en un parque a un hombre de 61 años y a un niño de corta edad. Dos personas resultaron heridas de gravedad.

El afgano había viajado a Alemania a través de Bulgaria, pero un intento de devolverlo al país de Europa del Este mediante el llamado procedimiento de Dublín fracasó por razones desconocidas. “Me niego a reconocer que los crímenes de Mannheim, Solingen, Magdeburgo y ahora Aschaffenburgo sean supuestamente la nueva normalidad en Alemania, y que debemos acostumbrarnos a la violencia de quienes hemos dado refugios cada par de semanas”, ha declarado Merz, antes de añadir: “Estamos ante la ruina de una política de asilo e inmigración equivocada en Alemania desde hace diez años”. El conservador ha pedido cambios antes de las elecciones generales. “Hay que dar por fin a la Policía federal el derecho a solicitar órdenes de detención”, ha sentenciado el líder conservador. El grupo parlamentario CDU/CSU presentará una moción en este sentido en el Bundestag la próxima semana, aunque no es de prever que socialdemócratas y verdes la secunden.

En una propuesta de cinco puntos, Merz sostiene que, en el futuro, las personas detenidas y obligadas a abandonar el país no deberían ser puestas en libertad aunque se superen los plazos legales. Por el contrario, deberían ser detenidas o retenidas para que abandonen el país y sean deportadas lo antes posible. Además, el Gobierno federal debería “poner a todas las personas detenidas a disposición judicial lo antes posible”. La misma regla se debería aplicar a todas las propiedades disponibles, como cuarteles y otros edificios vacíos, así como a edificios contenedores en propiedades cerradas, con el fin de aumentar significativamente el número de plazas en detención por deportación.

Esto se debe a que es “inaceptable que actualmente sólo haya unas 750 plazas disponibles en Alemania para detener a unas 42.000 personas que deben abandonar el país y a otras 180.000 personas con estatus tolerado que, sin embargo, deben marcharse”, según Merz, para quien “los compromisos ya no son posibles en estas cuestiones”.

Además de la labor de la Policía federal, el líder de la CDU sostiene que el Gobierno federal también debería contribuir en mayor medida a la deportación de las personas que deben abandonar el país y no dejar el asunto únicamente en manos de los estados federados.

“Las deportaciones y devoluciones deben realizarse diariamente y con efecto inmediato. El número de deportaciones y devoluciones debe ser finalmente mayor que el número de personas que siguen entrando ilegalmente en el país cada día. Esta es la única manera de controlar por fin el problema”, ha subrayado Merz.