Emergencia migratoria
Aisha, la vida que emergió en el mar a pesar de la tragedia
La pequeña nació el pasado 6 de enero en una zódiac en medio del Atlántico. Hoy, ella y su madre, una joven maliense de solo 18 años, están acogidas en un centro de Lanzarote y miran el porvenir con esperanza tras haber sobrevivido a la ruta canaria
Canarias 7, , 21-01-2025El pasado 6 de enero, el día de Reyes, la vida se abrió paso en medio del mar. Una zódiac en mitad del Atlántico, a 97 millas del puerto de Arrecife, Lanzarote, fue la rudimentaria sala de hospital en la que nació, sin asistencia médica y sin medios, Aisha, nombre que en árabe significa ‘vida’. El nacimiento de la bebé fue presenciado por 64 personas que viajaban en la embarcación con un rumbo incierto, huyendo del hambre y la miseria. 64 personas se encontraban en aquella pequeña embarcación hacinadas, entre enseres, abrigos y miradas de incertidumbre.
Entre todas ellas, el llanto de Aisha rompía el silencio del lugar. Y, como si fuera cosa del destino, el equipo de Salvamento Marítimo llegó hasta el lugar 10 minutos después del parto de una joven madre de 18 años que, quizás, no esperaba dar a luz durante la travesía. Meses antes había salido de su país, Malí, para emprender viaje a Europa.
Tras algo más de una semana, después de esta dura vivencia que ha dado la vuelta al mundo por la fotografía que uno de los marineros de Salvamento Marítimo tomó, tanto Aisha como su madre se encuentran sanas y mirando hacia el futuro que les queda por construir tras haber sobrevivido a la ruta canaria, una de las más mortíferas del mundo.
Las dos están acogidas en un centro para familias y mujeres que emigran solas ubicado en el municipio de San Bartolomé.
Madre e hija se encuentran estables, en buen estado de salud, y desde Accem, ONG que gestiona este recurso, cuentan que a ambas se les está haciendo un seguimiento sanitario. «Fue una situación muy dura y, aunque ahora mismo podemos decir que están estables, no sabemos cuáles serán los efectos psicológicos para la madre», cuentan desde el centro.
La mirada de cansancio de la madre, que parecía clamar «sáquenme de aquí», se quedó grabada en la retina de Domingo Trujillo, el patrón de la guardamar Talía de Salvamento Marítimo que fue la que se movilizó para socorrer a los migrantes. La tripulación ya sabía la situación de la que iban a ser partícipes, por lo que durante la travesía, que duró cinco horas debido a la posición en la que se encontraba la precaria embarcación, el equipo tuvo la oportunidad de mentalizarse de lo que iban a presenciar.
Así, comenzó un rescate marcado por la colaboración de todos los que iban dentro de la zódiac. Algunas de las personas que viajaban en ella prestaron su ayuda. «Fue algo que no he visto en otras operaciones», comenta Trujillo, que lleva 23 años en el mar. Para él, todas las veces que actúa sufre «como el primer día, intentando hacerlo lo mejor posible».
Muchos han sido los rescates en los Trujillo ha estado presente a lo largo de su trayectoria profesional. Y han dado para mucho. De hecho, es la tercera vez que el patrón presencia un parto en una embarcación, y en uno de ellos tuvo que participar de manera activa, ya que cortó el cordón umbilical del recién nacido.
En aquella ocasión, para él fue «muy reconfortante» encontrarse de nuevo con la madre y el niño, después de unos días, en otro contexto, a salvo en tierra. «Me gustó ver un poquito de luz en los ojos de la mujer, de ilusión, no la mirada perdida que tenía cuando iba en la patera», recuerda.
Un futuro por construir
Algo similar ocurrió en 2018. La pequeña Anna también nació cuando su progenitora, de nacionalidad camerunesa, iba camino de España. En este caso, la niña era apátrida, y la Audiencia Provincial de Guipúzcoa reconoció su nacionalidad española. Según explica Loueila Mint el Mamy, abogada especializada en derechos humanos y extranjería, la nacionalidad se puede obtener por tres vías: por decisión del Consejo de Ministros; por el tiempo de residencia, de manera legal, en el país; y por origen, lo que quiere decir que, cuando los padres son españoles, el bebé pasa a tener esa nacionalidad.
La madre de Aisha es de Mali. En su norma está estipulado que a los menores que nacen fuera del territorio, de padres malienses, se les atribuye esa nacionalidad. Además, explica Mint el Mamy, por la situación de Mali podría acceder a la protección internacional o bien al estatuto del refugiado.
La vida comienza ahora, lejos de la zódiac, para Aisha y su progenitora, quien un día decidió dejarlo todo en busca de una oportunidad, de un cambio radical en lo que hasta ahora conocía. Esta es solo una de las miles de historias de las personas que arriesgan todo, su vida, con el único fin de cambiar la realidad que conocen por una mejor.
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