Carlos, Julio, Alex, José, Miguel, Dorian y Maynor. Esos nombres corresponden, según uno de sus compañeros Jesús Campos, a siete de los ocho hombres a los que en la madrugada del martes se les hundió el suelo bajo los pies. Todos inmigrantes, todos hispanos, aunque a esa cifra habría que añadirle también un fallecido tras ser rescatado del agua.

Campos contó en español a un grupo de periodistas de Washington que él mismo tenía que haber estado con ellos en el puente de Baltimore durante la jornada laboral de nueve de la noche a cinco de la madrugada que hacían de domingo a jueves, pero justo le habían cambiado de turno. «Eran mis amigos, gente muy trabajadora que vino aquí en busca de una vida mejor. No sé nada de ellos», dijo acongojado el hombre de 48 años. Según él, tres mexicanos, un guatemalteco, un hondureño y un salvadoreño. Todos con edades comprendidas entre los 30 y los 50, casados y con hijos, con hogares en barrios de inmigrantes irlandeses a las afueras de Baltimore, como Dundalk o el más bohemio de Highland Town.

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Al principio unas declaraciones del gobernador celebrando a los héroes que impidieron una catástrofe mayor al detener el tráfico permitió endiosarles, pero las imágenes rescatadas de la noche revelan que los conos naranjas sólo bloqueaban el carril hacia el oeste en el que trabajaban. El mérito de evitar más muertes corresponde a la rápida reacción de las autoridades locales, según dijo el propio presidente, Joe Biden, que se conmiseró de las familias «que esperan noticias de sus seres queridos». «Sé que cada minuto en estas circunstancias se siente como una eternidad», lamentó.

Sus identidades no son oficiales. La empresa que los contrataba, Brawner Builder, para reparaciones de alcantarillado en el puente Francis Scott Key no contestaba ayer el teléfono. Tan sólo uno de sus representantes había confirmado a la cadena NBC que, efectivamente, esa madrugada hacía honor a su eslogan en el momento en el que un carguero perdió la propulsión y se estrelló contra el puente, provocando su hundimiento. «Echamos asfalto mientras Maryland duerme», presume en su página web.

Ingenieros estupefactos
Todo estaba dispuesto para que la maniobra del ‘Dali’ fuera perfecta y casi todo falló para que se convirtiera en una de las grandes catástrofes portuarias de este siglo. El hundimiento del puente Francis Scott Key de Baltimore tras ser embestido por un mercante ha dejado estupefactos a los ingenieros que durante casi medio siglo han admirado su diseño, así como a las autoridades que nunca habían contemplado la posibilidad de un desplome del coloso de acero que conecta las dos partes de la ciudad.

«Este es el tipo de tragedia que nunca imaginarías», espetó el alcalde, Brandon Scott. La Guardia Costera continúa la búsqueda de seis personas que permanecen desaparecidas después de rescatar a dos, una de ellas fallecidas. Todas las víctimas son miembros de un equipo de mantenimiento que realizaba obras en el viaducto a primeras horas de la madrugada cuando se produjo el accidente.

«Ni en un millón de años podría pensar en un hecho así», manifestó Jim Fletcher, un veterano de 73 años sobrecogido por un derrumbe que le ha tocado el corazón. Fletcher es uno de los obreros de la construcción que en 1974 ayudó a levantar el viaducto. Recuerda que se trató de una obra titánica. Una parte de la estructura superior fue transportada por el río Patapsco en gabarras para izarla luego sobre los soportes. Se acuerda también de las numerosas toneladas de hormigón armado que vertieron en la mole. «Y lo que ha sido increíble para mí es lo rápido que cayó. Realmente es simplemente increíble», explicaba este martes en ‘The Washington Post’.

Al parecer, el mercante ‘Dali’, un portacontenedores con bandera de Singapur, golpeó directamente contra uno de los dos pilares que asumían todo el trabajo de carga de la estructura. El puente tiene un vano intermedio de 366 metros entre ambos pilares, ideal para facilitar un tráfico intenso de todo tipo de buques por el río. Solo hay otros dos con un vuelo de mayor longitud. Pero a mayor funcionalidad, mayor flaqueza, Sin uno de sus soportes, el juego de tensiones inmediato hizo desplomarse el viaducto completo en cuestión de segundos.

¿Quizá si hubiera sido más moderno habría soportado mejor el embate? Los expertos lo ponen en duda. El ‘Dali’ es un gigante de los mares de casi 300 metros de longitud, Como mucho, de este accidente podrán extraerse conclusiones sobre el papel de los puentes más antiguos en un tráfico naval compuesto por buques cada vez más enormes. Baltimore es el noveno puerto en importancia de Estados Unidos y el año pasado movió más de 52 millones de toneladas de mercancías valoradas en 80.000 millones de dólares. Debido a su calado puede alojar grandes barcos como el ‘Dali’ para el transporte de contenedores o de automóviles. La ciudad le debe mucho: la terminal proporciona 15.000 empleos directos y casi 150.000 indirectos.

La hipótesis que se ha abierto camino señala que el mercante sufrió un fallo eléctrico mientras salía del puerto, lo que le condujo a quedarse sin gobierno y chocar con el soporte. Había zarpado sobre la una de la madrugada (las seis de la mañana en España) del muelle y cruzado a ocho nudos (casi 15 kilómetros por hora) el área portuaria hasta desembocar en el puente alrededor de la 1.40 horas.

El ‘Dali’ iba acompañado por la correspondiente lancha de los prácticos y navegaba aparentemente sin problemas cuando de repente sufrió un presumible fallo eléctrico. El práctico que viajaba a bordo advirtió de la existencia de «problemas de energía, múltiples alarmas en el puente y una pérdida de propulsión», según los informes que estaría manejando la Guardia Costera que, en cualquier caso, no ha formulado ninguna teoría.

El buque comenzó a despedir abundante humo negro, y después de una breve interrupción eléctrica, se quedó totalmente a oscuras. Expertos que han revisado los vídeos del accidente aprecian que el gigantesco portacontenedores viró ligeramente hacia la derecha en dirección al pilar antes de la embestida, lo que podría indicar una pérdida de dirección.

El Francis Scott Key disponía de defensas marinas para proteger sus columnas. La finalidad de estas barreras, llamadas delfines, consiste en detener un barco y absorber el impacto del golpe antes de que dañe la estructura del puente. En Baltimore se recuerda cómo hace años los ocupantes de una lancha motora murieron al estrellarse contra uno de estos baluartes. Sin embargo, en el caso del ‘Dali’, se han revelado insuficientes para detener a un buque de tamañas dimensiones. En los vídeos es posible observar cómo todo se viene abajo nada más colisiona con el soporte.

Las autoridades marítimas y de seguridad en el transporte todavía no han concluido sus investigaciones. Pero sí parecen convencidas de que el ‘mayday’, los desesperados toques de bocina y la señal de alarma lanzada por la tripulación del carguero, permitió salvar numerosas vidas. «Estas personas son héroes», ha dicho el gobernador del Estado de Maryland, Wes Moore, respecto a los 22 tripulantes y dos pilotos del mercante. Esa alerta permitió a la Policía portuaria cerrar los cuatro carriles del puente al tráfico.

Estado del carguero tras chocar contra el puente.
Tragedia en Baltimore tras la destrucción de su mayor puente
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Estado del carguero tras chocar contra el puente. EFE
Fue un milagro. Más de 35.000 personas circulan cada día por el Francis Scott Key de Baltimore, pero cuando el ‘Dali’ chocó contra él, ningún coche transitaba por él. Sobre el tablero se encontraban solo los automóviles del equipo de trabajadores que limpiaban las alcantarillas. Estos operarios podrían ser, a la vez, héroes y víctimas de esta tragedia, al haber cortado el tráfico cuando vieron venir al carguero.

Se estima que ocho de ellos cayeron al agua, de los cuales se han rescatado a dos, uno herido y otro fallecido, al que probablemente se sumen los seis desaparecidos que este martes se seguían buscando ya a la luz del día con equipos de submarinismo. No hay muchas esperanzas de encontrarlos con vida. En estas fechas del año la temperatura del agua es de un grado bajo cero. Con todo, West Moore aseguró que el objetivo de la Guardia Costera «sigue siendo de búsqueda y rescate».

Jenny Luna esperaba junto al teléfono la llamada sobre el paradero de su suegro, Miguel Luna, quien, según le había comunicado a su marido un compañero, al amanecer se encontraba entre los desaparecidos, contó a ‘The Baltimore Banner’. Los equipos de submarinistas que buscaban los cuerpos destacaban la falta de visibilidad, «de mala a ninguna».

«La Guardia Costera estaba cerca, gracias a Dios», ha contado el presidente, Joe Biden, al dirigirse a la nación. A menudo él mismo cruzó el puente destruido cuando era senador, camino de su hogar en Delaware. Como Maryland es un Estado importante en año electoral, el líder demócrata puso también el foco de su intervención en prometer que el Gobierno federal reconstruirá el puente a la mayor brevedad posible sin esperar al dinero de indemnizaciones que puedan cursar, por lo que pidió la colaboración del Congreso.

La llamada de ‘mayday’ evitó una tragedia mayor. Biden contó que la alerta llegó al Departamento de Transporte de Maryland y fueron las autoridades locales las que cerraron el tráfico del puente antes de que sufriera el impacto. Según las primeras informaciones, estos operarios podrían ser hispanos de origen mexicano, guatemalteco, hondureño y salvadoreño que trabajaban para la compañía Brawner Builders en el turno de noche, de 21.00 a 3.00 horas.

Imagen de un carguero pasando por debajo del puente siniestrado.
Imagen de un carguero pasando por debajo del puente siniestrado. AFP
«Nuestras oraciones están con todos y cada uno de los involucrados en este terrible accidente y, en especial, con las familias, que esperan noticias de sus seres queridos», se conmiseró el mandatario. «Se que cada minuto en estas circunstancias se siente como una eternidad, es terrible». Se estima que ocho personas cayeron al agua, de los cuales se han rescatado a dos (uno herido y otro fallecido), al que probablemente se sumen los seis desaparecidos que este martes se seguían buscando ya a la luz del día, con equipos de submarinismo. No hay muchas esperanzas de encontrarlos con vida. En estas fechas del año la temperatura del agua es de un grado bajo cero. Con todo, el gobernador de Maryland aseguró que el objetivo de la Guardia Costera «sigue siendo de búsqueda y rescate».

El carguero ‘Dali’
En 2015. Es el año de construcción del portacontenedores ‘Dali’, que navegaba con bandera de Singapur y operaba para el gigante danés Maersk.

Tamaño. El buque mide 299,92 metros de largo y 48,2 de ancho.

Carga. Tiene una capacidad de hasta 10.000 TEUS (contenedores de 6,1 metros de longitud) aunque portaba menos de la mitad.

Desde China. El ‘Dali’ había llegado el 13 de marzo a EE UU y su intención era desembarcar el 22 de abril en el puerto de Colombo (Sri Lanka).

Antecedente. El carguero había sufrido en 2016 un accidente en Amberes, donde chocó contra el muelle al zarpar.

El jefe de los Bomberos de la ciudad, James Wallace, ha informado que los primeros equipos de emergencia llegaron al lugar del siniestro diez minutos después de recibir la alerta y pudieron sacar del agua a las dos personas. Añadió también que mediante el uso de sistemas de sonar se ha podido confirmar que hay cinco vehículos sumergidos en el río Patapsco. Tres de ellos son turismos y otro un camión. El quinto no ha sido identificado, pero es posible que se traten de los automóviles de mantenimiento del viaducto. Los bomberos no habían conseguido revisar el interior pasada la media tarde, hora española, debido a las bajas temperaturas y la escasa visibilidad de las aguas. Los vehículos se encuentran a unos veinte metros de profundidad.

El mayor puente de Baltimore (en el este de EE UU) se ha derrumbado a las 1.30 de la madrugada de este martes (cinco horas más en España) al ser golpeado por un buque de carga. El barco, de gran tamaño y cargado de contenedores, tiene bandera de Singapur.

La infraestructura conforma uno de los tres puentes de peaje que unen Baltimore y el que mayor tráfico diario registra. Algunos medios destacaban esta madrugada que si el accidente se hubiera producido en hora punta, habría derivado en una gran tragedia humana ya que el puente cayó «como un castillo de naipes».

El barco responsable del accidente es el ‘Dali’, un carguero con bandera de Singapur, de 299,92 metros de largo y 48,2 de ancho. Su destino era el puerto de Colombo, la capital de Sri Lanka, donde tenía que arribar el 22 de abril. El mercante acababa de dejar el muelle y enfilar la ruta de salida, según se aprecia en el radar marítimo del puerto. Nadie de la tripulación ha resultado herido. Al parecer, los dos pilotos trataron de evitar el impacto sin éxito.

El puente de Baltimore
Marzo de 1977. El puente de Baltimore fue inaugurado tras cinco años de obras y una inversión de 110 millones de dólares (unos 700 millones al cambio actual).

Francis Scott Key. El abogado y poeta del siglo XIX que escribió la letra del himno nacional de EE UU dio nombre al viaducto, aunque era más conocido como el puente Key.

Medidas. La infraestructura tenía 2.632 metros de largo y entre sus pilares había 366 metros de vuelo.

Tráfico. El puente albergaba la carretera interestatal I-695. Alrededor de 11,5 millones de vehículos circulaban cada año por sus cuatro carriles.

El puente Francis Scott Key, dedicado al abogado y poeta del siglo XIX y autor de la letra del himno nacional de los EE UU, fue conocido originalmente como Outer Harbor Crossing. También se le llama Key Bridge o Beltway Bridge. Era un punto de peregrinación de ingenieros debido a su diseño en forma de arco de acero y su vano central. Su silueta se hizo famosa gracias a la serie ‘The Wire’, que describe el terrible mundo del narcotráfico en Baltimore.

El viaducto se inauguró en marzo de 1977 después de cinco años de obras y una inversión superior a 110 millones de dólares, unos 700 millones al cambio actual. Con una longitud total de 2.632 metros, albergaba la transitada carretera interestatal I-695 y era la alternativa natural a los dos túneles que cruzan bajo el río Patapsco. Ahora, esos túneles se han convertido en la única ruta para los vehículos que entran y salen de Baltimore, aunque están prohibidos al paso de camiones cargados con mercancías peligrosas.