as elecciones presidenciales de 2024 comienzan a adueñarse del escenario político en EE UU. Hace un mes Joe Biden confirmó que aspira a la reelección y Donald Trump tiene tal obsesión por la Casa Blanca que inspiró hasta un intento de golpe de Estado para no abandonarla. Si una resignada calma reina entre los demócratas ante lo inevitable de la candidatura del presidente, el ruido domina en el bando republicano. Y crecerá a partir del esperado paso adelante de Ron de Santis. El gobernador de Florida irrumpe en las primarias conservadoras en la perturbadora compañía de Elon Musk, en una suerte de simbiosis por la que el aspirante se asegura un protagonismo estelar en Twitter y el polémico empresario se beneficia del tráfico en su red social. A sus 44 años, De Santis aporta renovación generacional, aunque no en el apolillado terreno de las ideas de su partido. En el Estado sureño, el mandatario se desempeña como un adversario de la diversidad, con leyes contra la inmigración, el aborto y las personas LGTBI. Aquí se da la mano con el imputado Trump, que le supera por más de 30 puntos en las encuestas. De momento, Biden puede sentarse a ver cómo se destrozan.