El episodio de racismo que sufrió Vinicius Jr. el pasado domingo en Mestalla ya ha dado el salto del estadio al juzgado y puede que se convierta en el segundo caso en el fútbol español que acabe con los agresores en el banquillo enfrentándose a entre seis meses y dos años de cárcel.

La Fiscalía de Valencia abrió ayer mismo de oficio diligencias de investigación por un «presunto delito de odio» cometido contra el jugador del Real Madrid. Poco antes, su club había comunicado que consideraba los hechos como un «ataque directo al modelo de convivencia de nuestro Estado social y democrático de derecho» y un «delito de odio», por lo que había acudido a la Fiscalía General y advertía que estudiaría su personación «como acusación particular en los procedimientos que se inicien».

De hecho, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, mantuvo este lunes una reunión con Vinicius para mostrarle todo el apoyo del club y hacerle saber tanto las acciones judiciales que iniciará el club como el proceso que se sigue en España ante este tipo de hechos y el papel que tiene la Fiscalía. También, en un comunicado a media tarde, el club blanco cargó contra Luis Rubiales porque cree que no se ha actuado de manera contundentes, según el protocolo de la UEFA.

El Valencia inició el mismo domingo una investigación interna junto a la Policía Nacional y tiene identificado a uno de los seguidores que insultó a Vinicius, que fue desalojado del estadio en ese momento, y trabaja «de forma coordinada con la Policía y autoridades para confirmar la identidad de otros posibles implicados». Todos ellos serán expulsados de por vida del campo de Mestalla según ha comunicado el club.

La identificación de los agresores es clave para que pueda haber sanciones penales. De hecho, solo hay un precedente en España de aficionados juzgados por insultos racista a un jugador en un estadio de fútbol. Los sufrió el delantero del Athletic Iñaki Williams el 25 de enero de 2020, poco antes del cierre de los estadios por la pandemia, en su partido ante el Espanyol en Cornellá.

En el minuto 69 fue sustituido y, cuando se retiraba por uno de los fondos del RDCE Stadium, «recibió abucheos en forma de cánticos por una parte de los espectadores situados en el sector 108 de la grada en la que se encontraba el acusado», quien fue identificado por la policía según el relato del escrito de acusación de la Fiscalía. Aunque inicialmente actuó contra dos seguidores, solo encontró pruebas contra uno, que «actuó personalmente, entre otros muchos, obrando con evidente desprecio al color negro de la piel del jugador, profirió contra él gritos y escenificó gestos de menosprecio de carácter racista hacia su persona, generándole sentimientos de frustración, vergüenza y humillación, con el consiguiente menoscabo de su dignidad intrínseca».

Ese aficionado está pendiente de que el Juzgado nº 2 de Primera Instancia de Cornellá fije fecha de apertura del juicio oral en que tanto la Fiscalía como LaLiga, como acusación particular, reclaman una pena de «dos años de prisión, una multa de doce meses, inhabilitación especial para ejercer cualquier profesión relacionada con el deporte por más de diez años y prohibición de acceder al estadio por un tiempo de más de cinco años al tiempo de prisión que le resulte impuesta».

AKAPO O CHUKWUEZE
Esta es la primera investigación judicial de oficio que se abre por los insultos que recibe Vinicius Jr., pero LaLiga ha denunciado otros episodios que afectan al brasileño y a otros jugadores. Avanzada está la instrucción contra un espectador del Granada-Cádiz que en febrero de 2022 insultó a Carlos Akapo, pendiente de declarar en esta causa.

Vinicius también lo ha hecho en Mallorca, por los insultos que recibió tanto él como Samu Chuwueze del mismo aficionado en dos partidos diferentes. Procedimientos por actitudes racistas sufridas por el extremo del Real Madrid hay abiertas también en juzgados de Pamplona, Sevilla, Valladolid, donde hay 11 identificados, Barcelona, tras el último clásico, y en Madrid por el muñeco que apareció colgado de un puente vestido con la camiseta del brasileño antes del derbi.

Pero también ha habido archivos. Lo hubo tras incidentes en el Camp Nou con Vinicius, en los que no hubo identificaciones, y en Mallorca, al considerar el juzgado que «las expresiones y sonidos no revisten dimensión penal». Lo mismo le ocurrió a Nico Williams en el Villamarín. Para el juzgado los gritos recibidos en marzo de 2022 «no sobrepasan la línea de la infracción penal».