La cruzada de Vinicius contra el racismo: del ataque a su familia al empeño de provocar un cambio
El brasileño, que quiere castigos para los racistas y que se publique quiénes son, estalla por el trato recibido en España: “No es fútbol, es inhumano”
El País, , 23-05-2023Hay un detalle particularmente frustrante para Vinicius de la noche en la que fue expulsado en Mestalla después de sufrir otra ración de ataques racistas. Con el partido detenido en el minuto 71, el brasileño detectó en la grada Mario Kempes a un espectador que le llamaba “mono” y se fue hacia allí para señalarlo. “¡Ese, ese!”, se desgañitaba con el brazo derecho extendido mientras lo seguían las cámaras. Han circulado muchas imágenes de él apoyado en la valla, rodeado de compañeros, pero la realización oficial no sirvió ninguna del aficionado.
Ese detalle contribuyó a aumentar el desencanto de Vinicius, que este lunes lamentó en Instagram ese aspecto común a todos los ataques sufridos: “¿Cuántos de estos racistas tenían nombres y fotos expuestos en sitios web? Respondo para hacerlo más fácil: cero”. Una de las cosas que persigue desde hace tiempo es que se identifique a los agresores. Según fuentes de su entorno, siente que siempre quedan lejos del foco público, mientras las cámaras se mantienen posadas sobre él. Como en Mestalla. “No es fútbol, es inhumano”, escribió este lunes el brasileño.
La lucha contra el racismo se convirtió hace tiempo en una prioridad para él, que recuerda como momento fundacional una mala experiencia de su familia en el estadio Nilton Santos de Río, en un Botafogo-Flamengo, en agosto de 2017. El futbolista, que tenía 17 años y ya había firmado por el Madrid, jugó feliz 15 minutos y no tuvo noticia del ataque racista de un hincha de Botafogo hasta después. Aquello plantó una semilla, que germinó al calor del ejemplo de LeBron James y cristalizó en enero de 2021 en un tatuaje en la pierna derecha que es casi una divisa: “Mientras el color de la piel sea más importante que el brillo de los ojos, habrá guerra”, unos versos de War, canción de Bob Marley.
Como el jugador de la NBA, Vinicius cree que puede aprovechar su posición pública para provocar un cambio. Y se ha propuesto hacerlo. “¿Por qué los patrocinadores no penalizan a LaLiga? ¿No le molesta a las televisiones retransmitir esta barbaridad todos los fines de semana”, escribió este lunes. “No son casos aislados”.
Seis meses más tarde del tatuaje, el futbolista presentó su fundación en Brasil, el Instituto Vini Jr., que promueve un programa para formar profesores contra el racismo. El plan va dirigido a docentes de colegios públicos y trata cuestiones como “la soledad de los niños negros en el ambiente escolar y la importancia de la educación antirracista en las escuelas brasileñas” y “la sutileza del racismo recreativo y el impacto devastador que tiene en la mente de un niño negro”. La presentación del plan resume el espíritu abrazado por Vinicius: “¡No vamos a recular! Al contrario. Llega una nueva generación negra, mucho más preparada para luchar contra el racismo y sus consecuencias”.
Los ataques de Mestalla, sumados a que tampoco se viera al aficionado que identificó, y a la expulsión, dejaron al brasileño “sorprendido, desorientado y enojado”, según una fuente del club. Cuando este lunes por la mañana fue a Valdebebas para la sesión de trabajo del día, se encontró con la visita del presidente, Florentino Pérez, que había aterrizado en Madrid a las 7.00 procedente de Kaunas, donde el equipo de baloncesto ganó el domingo la Euroliga. Le explicó en qué consistía el procedimiento legal que el club había emprendido al presentar una querella ante la Fiscalía General del Estado, y le detalló otros pasos que darían, entre ellos un duro comunicado emitido por la tarde en el que acusaba a la federación de no actuar y desproteger al futbolista. “Contra la injusticia y la repugnancia, tienes a todo el club contigo y concretamente a mí en primera línea”, le dijo.
Además del dolor por los ataques, Vinicius seguía este lunes muy enfadado con Javier Tebas. No solo cree que no ha hecho lo suficiente para protegerle, sino que le molestaron de manera especial las críticas del presidente de LaLiga poco después del partido de Mestalla, con los últimos ataques racistas fuera y dentro del estadio aún muy recientes. Además, según su entorno, Tebas dio una versión inexacta sobre unos presuntos encuentros con el futbolista: “No te has presentado a ninguna de las dos fechas acordadas que tú mismo solicitaste”, le escribió en Twitter. Una fuente del círculo del jugador asegura que fue el equipo de Tebas el que solicitó los encuentros, y que decidieron declinar al sospechar que los usaría en los medios y que no eran para hablar de lo único que interesa a Vini: los castigos a los racistas.
De ese desencanto viene la alusión a una posible salida a otra Liga, algo que su gente cree que no tiene en mente de manera inmediata. Sin embargo, las mismas fuentes apuntan a que les resulta difícil imaginar los cuatro años que le quedan de contrato en estas circunstancias. Los ataques continuos están pasando factura a su familia, sus amigos y a él mismo. En su equipo ven con cierta envidia cómo manejan el racismo en la Premier. Aunque creen que aún tiene fuerza.
El día que mostró en Twitter su tatuaje de la canción de Bob Marley escribió: “Y lucharemos hasta el final”.
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