Los últimos 23 inmigrantes asiáticos del barco Marine I que permanecían encerrados en una nave de pescado del puerto de Nuadibú, en Mauritania, fueron trasladados el viernes a un centro de acogida, más de 100 días después de que se iniciase la crisis, según confirmó la ONG Médicos del Mundo, que trabaja con ellos en el terreno.

La custodia de los inmigrantes pasa de esta forma a manos de las fuerzas mauritanas. Hasta ahora, los sin papeles estaban custodiados dentro de la nave por la policía nacional española y fuera por la gendarmería mauritana. El Gobierno español continuará con las gestiones para repatriarlos a su país de origen. En la fábrica donde fueron encerrados nada más desembarcar el pasado 12 de febrero mantenían un silencio obstinado que ha impedido a las autoridades averiguar sus países de origen y repatriarlos.

Con el traslado al centro, que fue levantado por militares españoles en marzo de 2006, la situación de los inmigrantes ha mejorado sensiblemente, según una cooperante de Médicos del Mundo, que asegura que las 23 personas “estaban bastante emocionadas con el traslado, aunque se encontraban calmados y tranquilos”. Desde el viernes pueden disfrutar además de cuatro horas al aire libre, dos por la mañana y dos por la tarde. Ahora dependerá de la buena relación entre los inmigrantes y sus guardianes mauritanos el que puedan disfrutar de más tiempo al aire libre, explicaban desde Médicos del Mundo.

Por otra parte, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, viajará el jueves Mauritania para entrevistarse por primera vez con las nuevas autoridades del país, a las que subrayará la necesidad de que este Estado “siga cooperando” en la lucha contra la inmigración ilegal, informaron a Europa Press fuentes diplomáticas. Además de la inmigración, es probable que durante la visita de Moratinos a Mauritania se aborde la cuestión del Sáhara, un tema que ambos países han tratado en sus últimas reuniones bilaterales