La última avalancha de cayucos ha dado al traste con las estadísticas que manejaban Gobierno y ONG hasta el pasado abril, que hablaban de un descenso de entre el 50 y el 60% en el número de avistamientos. Los cálculos que han valido para los primeros cuatro meses del año se han truncado en cuanto mayo ha irrumpido en el calendario.

El dispositivo de vigilancia Frontex desplegado frente a las costas de África ha disminuido la llegada de cayucos, pero desembarcos prácticamente simultáneos en puntos tan alejados entre sí de las Islas invitan a pensar en operaciones sincronizadas desde la costa africana que han convertido el operativo en un auténtico coladero. Más de mil han conseguido cruzar el cerco en apenas 8 días.

Pese a oleadas como la de la última semana, Austin Taylor, coordinador de Inmigración en Canarias, insiste en que el número de avistamientos está muy por debajo de las cifras registradas el año pasado – «influyen la meteorología y las repatriaciones» – , cuando a estas alturas se habían interceptado 9.000 personas (la mitad sólo en mayo).