El país más grande... y más vacío

Rusia sufre una grave crisis demográfica que sólo podría superar con los inmigrantes que el Gobierno no quiere

La Vanguardia, , 10-05-2007

GONZALO ARAGONÉS – Moscú. Corresponsal

Con restricciones a la inmigración, Rusia tendrá 129 millones de habitantes en el 2026 y sólo 100 en el 2050
En el año 2050, la Tierra habrá alcanzado la inimaginable cifra de 9.000 millones de seres humanos. Pero en Rusia, el país más grande del mundo, no habrá más de cien. Esto, además de ser un dato, es un advertencia con numerosas y desastrosas consecuencias económicas que el Gobierno de Moscú lleva escuchando permanentemente en los últimos años. Las autoridades, obligadas por las circunstancias, han impulsado una serie de medidas sociales para fomentar la natalidad. Sin embargo, obligadas por un intenso sentimiento nacionalista, se niegan a abrir las puertas a la inmigración. Y eso a pesar de que, según todos los estudios, sólo una política de puertas abiertas puede salvar a Rusia de la despoblación.

Actualmente, viven en el país 142 millones de personas, y las estadísticas dicen que Rusia está perdiendo cada año casi un millón de personas. Anatoli Vishnevsky, director de la agencia Demoskopa, cree que la tendencia sólo se podría torcer con la llegada de 700.000 inmigrantes anuales. Pero eso choca con la firme oposición política del Gobierno ruso.

El miedo al inmigrante, especialmente al procedente de las ex repúblicas soviéticas del Cáucaso o Asia Central, es un sentimiento muy extendido entre la sociedad rusa. A veces ha estado fomentado por las guerras de Chechenia, pero también por las difíciles condiciones económicas de los años noventa. Las formaciones y políticos nacionalistas han servido, además, de altavoz para extender estas ideas.

Los inmigrantes ilegales sufrieron las consecuencias de estos sentimientos el año pasado, cuando en pleno conflicto político entre Rusia y Georgia las autoridades rusas decidieron expulsar de su territorio a todos los georgianos que estuvieran viviendo de forma ilegal en el país. Los mercados de Moscú fueron, entonces, escenario de redadas en las que personas de rasgos georgianos eran subidas a autobuses para ser luego identificadas. Las quejas de las débiles asociaciones de derechos humanos no sirvieron de mucho. “No hay ninguna ley que expulse a los georgianos de Rusia”, recuerda Ludmila Alexeieva, presidenta del Grupo Helsinki-Moscú de derechos humanos. “De hecho, según nuestra Constitución, los derechos no dependen de la nacionalidad”. En esa ocasión la consigna era expulsar a los georgianos, no a todos los sinpapeles.

Otra polémica ley del Gobierno prohibió este año que pudiesen comerciar en los mercados personas sin pasaporte ruso. La intención legislativa era que los ciudadanos rusos ocupasen su lugar, pero lo que en realidad ha ocurrido es que la mitad de los mercados se han quedado vacíos. “La consigna de Rusia para los rusos es una política suicida para muchos países. Lleva a la división, pero cuando se necesitan ganar elecciones no piensan en esto”, señala Alexeieva.

Un reciente estudio de la Escuela Económica de Rusia señala que la tendencia negativa de la demografía rusa sólo se puede frenar con el trabajo de los vendedores tayikos, uzbekos o azerbaiyanos que han desaparecido de los puestos del mercado o con el trabajo que esos georgianos expulsados. El rector de la Escuela Económica, Serguei Guriev, y sus colaboradores aseguran que la acogida de inmigrantes como estos puede ser la solución para que hacia el año 2020 la población rusa comience a crecer

Pero esa previsión parece que no se cumplirá. Las autoridades rusas planean aplicar una ley según la cual a partir del año 2013 se fijará una cuota de 250.000 emigrantes anuales. El estudio de Guriev señala que en ese caso la población de Rusia habrá caído hasta los 128,9 millones de habitantes hacia el año 2026. E insiste en que la solución está en dejar entrar población. Si no se llega a aplicar ésa u otro tipo de restricción, la población seguiría cayendo, pero se estabilizaría antes del año 2019 en los 134,8 millones. Desde ese momento comenzaría a subir, y en el 2026 podría llegar a los 139,3 y en poco tiempo se volvería a alcanzar la población actual. Claro que eso sólo se lograría teniendo un 20 por ciento de inmigrantes en el país. Y eso, de momento, parece inaceptable.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)