Representantes de congregaciones religiosas cristianas, judías y musulmanas presentaron ayer en cuatro ciudades de EEUU – – Los Ángeles, Nueva York, Seattle y San Diego – – la campaña Nuevo Movimiento de Santuario (NMS), con la que pretenden ofrecer refugio en sus templos a familias de inmigrantes sin papeles que corren el riesgo de verse separadas a causa de la deportación de uno de sus miembros. Según explicaron los dirigentes religiosos en un comunicado, la campaña es un “imperativo moral” con el que insistir en la necesidad de tratar de forma justa y humana a los inmigrantes.
“Es lógico que las comunidades religiosas nos pongamos al lado de los inmigrantes para desafiar la dirección que está tomando el país y subrayar que necesitamos unos programas de inmigración mucho más globales”, explicó Kim Bobo, uno de los coordinadores de la campaña. Se calcula que en EEUU residen entre 10 y 12 millones de sin papeles y que alrededor de dos millones de familias tienen algún miembro de forma ilegal y otros con papeles en regla o incluso, en el caso de los niños, con ciudadanía estadounidense.
Dado que desde hace un año las autoridades han redoblado sus esfuerzos para perseguir a quienes hacen caso omiso de las órdenes de deportación – – solo en dos meses del 2007 18.149 personas han sido deportadas – – , el drama de las familias separadas se ha convertido en uno de los rostros más desgarradores de la inmigración en el país.

REFUGIADOS POLÍTICOS
Por este motivo, las congregaciones religiosas han decidido desenterrar el Movimiento de Asilo que en los años 80 dio amparo en templos estadounidenses a miles de refugiados centroamericanos que huían de la violencia política en sus países, pero a los que EEUU denegó asilo político. Pero ahora, a diferencia de entonces, los refugiados no despiertan una simpatía generalizada en la opinión pública, gran parte de la cual está preocupada por lo que consideran una “amenaza” migratoria.
Es por eso que la campaña NMS es considerada en gran medida un esfuerzo de concienciación más que un intento serio de acoger en templos al mayor número posible de inmigrantes sin papeles. En primera instancia, cada templo acogerá y aconsejará a una familia, cuyo paradero es conocido por las autoridades estadounidenses.
Así los líderes religiosos evitan crearse problemas con la ley estadounidense, dado que incluso en el seno de sus parroquias el refugio a los sin papeles ha generado un agrio debate. La duda que los promotores no han resuelto es qué ocurrirá cuando alguno de sus refugiados agote sus recursos legales y las autoridades fuercen su deportación.