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Francia vive su segunda jornada de disturbios con 365 coches quemados

Los socialistas piden el fin de la violencia surgida por la elección de Sarkozy y recuerdan a los manifestantes que «el único modo de reaccionar es el voto»

La Verdad, F. ITURRIBARRÍA, 09-05-2007

Con los 365 coches quemados durante la noche del lunes en Francia, ya son más de mil los vehículos incendiados desde la victoria de Nicolas Sarkozy en las elecciones presidenciales francesas el pasado domingo.

Según datos de la policía, 365 vehículos fueron pasto de las llamas durante la noche del lunes, de los cuales 49 por propagación, que se suman a los 730 quemados durante la noche que siguió al anuncio de la victoria de Sarkozy sobre su rival la socialista Ségolène Royal. Aquella noche se detuvieron a cerca de 600 personas y, el martes, a otras 160.

Hubo enfrentamientos entre jóvenes manifestantes hostiles a Sarkozy y las fuerzas del orden en varias ciudades durante la noche del martes, como Rennes y Nantes. En su mayor parte se trataba de manifestantes de ultraizquierda, a los que se unieron jóvenes de barriadas conflictivas.

En el otoño del 2005, una ola de violencia asoló durante tres semanas a decenas de barrios conflictivos, poco después de que Sarkozy, entonces ministro de Interior, llamase «gentuza» a los jóvenes delincuentes que los habitan y prometiera limpiar esas zonas con mangueras de presión.

El primer secretario del Partido Socialista, François Hollande, lanzó ayer un llamamiento al cese de la violencias callejera. «Estamos en una república. El sufragio universal es la única ley que conocemos. Puede haber decepción, cólera y frustración. Pero el único medio de reaccionar es coger las papeletas de voto, no otros instrumentos», declaró el líder del PS, cuya candidata y compañera, Ségolène Royal, fue derrotada en las urnas. «Pido que cesen inmediatamente todos esos comportamientos. Quienes se dedican a esas violencias hacen un favor a los que quieren más orden y más dureza», añadió.

Quince personas permanecían detenidas en París tras haber pernoctado en dependencias policiales acusadas de degradaciones en la vía pública. Los hechos tuvieron lugar de nuevo en la plaza de La Bastilla y sus alrededores donde medio millar de personas se manifestaron al grito de «Sarko, facha». Según la Prefectura de Policía, hubo un agente herido, diez vehículos incendiados, un supermercado y un comercio saqueados así como 17 escaparates destrozados.

Otros incidentes virulentos se produjeron en Nantes, Rennes, Toulouse y Lille, ciudad esta última donde fue incendiada una guardería. Las autoridades atribuyen los disturbios registrados en el centro de las ciudades a militantes de movimientos anarquistas y de extrema izquierda mientras que los producidos en los arrabales parecen estar relacionados con el gamberrismo y la delincuencia juvenil.

Críticas por el yate

El crucero por el Mediterráneo de Nicolas Sarkozy, a bordo de un yate de lujo propiedad de un multimillonario industrial, ha provocado fuertes críticas de la oposición de izquierdas al recién elegido presidente de Francia. «Jamás se había visto exhibir de una manera tan provocadora el gusto por el dinero y el mundo de los negocios», denunció el socialista Vincent Peillon, que fue portavoz de Ségolène Royal, la candidata derrotada el domingo.

Acostumbrado a frecuentar la jet – set, Sarkozy vivió el anuncio oficioso de su victoria, a las ocho de la tarde del domingo, rodeado de un puñado de colaboradores, familiares y famosos: el rockero Johnny Hallyday y su esposa, Laeticia, y los actores Christian Clavier y Jean Reno. «A las ocho y cinco, el presidente Bush le llamó para felicitarle», reveló en el diario ‘Le Parisien’ el diputado Patrick Balkany, también hijo de inmigrante húngaro, que formaba parte del círculo íntimo.

En la emisora RTL, Laeticia Hallyday relató que Sarkozy activó el altavoz de su móvil para que los presentes oyeran los mensajes de Bush, Angela Merkel y otros mandatarios. «Escuchábamos maravillados de poder vivir esos momentos fabulosos, únicos e históricos a su lado», declaró.

Entre las llamadas, figuró la del primer ministro británico Tony Blair. «¿Por qué no le dice unas palabras al próximo primer ministro de Francia?», le dijo Sarkozy al tiempo que pasaba el móvil a François Fillon. Según fuentes gubernamentales británicas, citadas por el ‘Financial Times’ , Blair habló varios minutos con este senador de 53 años, procedente del gaullismo social y artífice en 2004 de una controvertida reforma de las pensiones.

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