VIVIR

Madres de todo corazón

No son sus progenitoras biológicas, pero muchas mujeres ejercen ese papel para ofrecer un ambiente familiar a los menores acogidos. Hoy también celebran su día

Diario Sur, TEXTO: MANU MEDIAVILLA, 06-05-2007

COMO apunta uno de ellos, los menores acogidos en Aldeas Infantiles SOS «podemos llegar a tener dos madres», la biológica y la que ejerce a diario esa función en los hogares donde la ONG intenta ofrecerles un ambiente familiar que facilite su integración social. José María Sánchez Orantos, que dirige en San Lorenzo de El Escorial una de las ocho ‘aldeas’ españolas (hay 457 en 132 países), considera «clave la figura de referencia de la Madre SOS». Y aunque ellas se dicen «más educadoras que progenitoras», está claro, como remarca el responsable de comunicación Francisco López, que su «objetivo de ser como una familia es bastante más de lo que hace un educador».

En el Día de la Madre que se celebra hoy, ellas vienen a ser las ‘otras mamás’ que, por no serlo biológicamente, se quedan sin homenaje. Pero siguen siendo, en palabras de Sánchez Orantos, «el alma del hogar» de Aldeas Infantiles, las que ponen «lo básico: clima de afecto, cariño, emocionalidad sana, sentimiento de familia». Un cóctel imprescindible para «vivir desde la normalidad», para «educar desde lo cotidiano: el colegio y los deberes, el juego y los amigos, la familia como elemento de recuperación». Porque los menores, remacha, «vienen muy heridos, con problemas psicológicos, retraso escolar y ruptura con sus padres, que es muy dolorosa incluso cuando ha habido malos tratos».

Último recurso

Llegan tras pasar por la red de servicios sociales y, en muchos casos, como una especie de último recurso para intentar «sacar» futuro de un pasado y presente de familias desestructuradas con perfiles de abandono, negligencia, pobreza, inmigración mal asimilada, drogas, abusos. En ese esfuerzo de normalización, que pasa por la escolarización en el sistema educativo general y la implicación en actividades comunitarias de cultura y ocio, las ‘Madres SOS’ cuentan con una red de apoyo técnico donde confluyen psicólogos, logopedas, trabajadores sociales y pedagogos. Pero ellas, que firman un compromiso de ocho años, son el eje.

En San Lorenzo de El Escorial ponen calidad humana y «calor materno» en los doce hogares de la Aldea SOS. Yolanda Vidal es animadora sociocultural, venía del mundo de las ONG y lleva ya nueve años en el proyecto. Tuvo a su cargo un grupo de siete hermanos, del que sólo queda una, ya con 17 años, a la que ahora se suman cuatro chicos, tres de ellos hermanos biológicos; la norma es no separarlos. Y aunque insiste en que sus afectos «no pueden ser los de los padres», admite que el paso de los años crea «lazos afectivos fuertes».

Años de convivencia

Para esta joven, «después de trece años aquí y ocho conmigo, lo más parecido a un padre y una madre somos Chema – el director – y yo». María Teresa Ballesteros, que lleva tres años y medio en el centro, estudió Sociología, fue monitora de tiempo libre y «se enganchó por el voluntariado» con discapacitados físicos y psíquicos. Tras prepararse en la Escuela de Formación de Granada, se quedó allí año y medio «trabajando con niños marroquíes y gitanos» y acabó recalando en Madrid, donde ahora lleva un hogar con seis menores, tres chicos y tres chicas, y la mayor tiene 15 años.

Una edad de adolescencia e instituto, tan compleja como para merecer «mucha complicidad, charlas exclusivas, nuestro tiempo de marujeo y ciertos detalles para hacerla sentirse única».

Pura psicología «materna», aunque Ballesteros prefiera «tener los lazos afectivos controlados» para llevar mejor las idas y venidas de los menores. «Ellos – apunta Vidal – tienen gran capacidad de adaptarse a las circunstancias. Lloran al dejar un centro, pero se dan cuenta de que van a estar mejor con una familia de acogida: ahora sí que es una familia, ya no tienen que explicar que están en Aldeas Infantiles».

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