No es nuevo en el entramado de la fiesta de San Clemente, patrón de la ciudad, pero tiene intacta la ilusión del primer día. Ilusión que ahora afronta desde la perspectiva de presidente de la Federación Festivo Cultural. Dice tener en el saco de objetivos cientos de proyectos para tratar de revitalizar una fiesta que no atraviesa su mejor momento. Por su cabeza rondan miles de ideas. Es consciente que dos años no dan para mucho, pero si consigue llevarlas a la práctica con la misma celeridad que las plantea, a buen seguro que logrará más de un éxito. Es espontáneo, bastante conocido y joven.¿Conseguirá volver a implicar a los lorquinos con los actos en honor a su patrón?

– ¿Qué hace usted en un sitio como la Federación Festivo Cultural San Clemente?

– Si te digo la verdad, yo no tenía especial interés en la presidencia. El problema fue que Marisol ya terminaba su mandato, no quería continuar aunque los estatutos se lo permitían. Entonces se barajó la posibilidad de varios nombres. Lo que determinó que yo me presentara fue que el 23 de noviembre en el Castillo, los integrantes de diferentes cábilas y mesnadas me jalearon como «¿presidente, presidente, presidente!». En ese momento me planteé que sería cuestión de pensarlo. Estuve meditando sobre los proyectos que podría llevar a cabo si fuera presidente, y acepté.

– ¿Y cuáles son esos proyectos?

– Uf, varios.

– Pues empiece que hay tiempo…

– El primero tiene que ver con el deseo planteado desde hace varios años de tener una sede digna. Uno de los motivos por los que surge esta necesidad es porque la Asociación Nacional de Moros y Cristianos dice siempre que Lorca no pertenece a esa unión. Somos los únicos Moros y Cristianos que no pertenecemos. Desde hace dos semanas, la sociedad europea de manifestaciones históricas también quiere ponerse en contacto con nosotros, principalmente por el nuevo enfoque que se va a dar a la fiesta porque ahora vamos a ser moros, cristianos y judíos.

– ¿En qué se basa esa incorporación?

– El elemento judío en Lorca fue determinante para el desarrollo cultural del municipio. Los lorquinos desconocemos toda la historia medieval de Lorca, y es muy rica. Es determinante el hecho de los 244 años de historia de frontera. Lorca era el último bastión cristiano, pero también político, de la corona de Castilla. Eso determina en buena manera el carácter de los lorquinos actuales. Para conocer bien el presente hay que saber primero algo del pasado.

– No ha terminado de contar el objetivo de una nueva sede…

– Bueno. Al plantearnos lo de la sede pensamos que era algo egoista por nuestra parte porque al fin y al cabo sólo la íbamos a disfrutar los miembros de la Federación. Como mi objetivo es abrir la fiesta a todos los ciudadanos de Lorca, porque esto no es nada cerrado sino yo no estaría, entonces pensamos que un museo era la unión perfecta entre la ciudadanía y la propia Federación. Ese museo es referente para todos los lorquinos. Además, desde el punto de vista de la ciudad como referente turístico, Lorca contaría con un museo más. Tenemos que ofrecer otra gran fiesta a la ciudad. Atención, la fiesta de Lorca todos sabemos la que es, pero la otra gran fiesta puede ser la de San Clemente. Estamos hablando con los operadores turísticos para que se oferten paquetes para el fin de semana del 23 de noviembre para que los turistas vivan nuestra historia y al mismo tiempo puedan aprovechar para ver el resto de museos de la ciudad. No hay que olvidar que nosotros somos la Federación de la fiesta del patrón, incido en esto porque muchas veces se olvida y quedamos reducidos a un grupo de Moros y Cristianos.

– Hay ya incorporaciones de nuevos grupos?

– Sí. Hay un grupo judío confirmado. Estamos negociando con nueve grupos nuevos. Uno de ellos ya ha confirmado para el 2008, y tres ya este año: un judío, un cristiano y otro musulmán. Aunque realmente, el gran interés de la junta directiva es potenciar los grupos cristianos y por supuesto los judíos.

– No es por quitarle la ilusión pero de todos es sabido que la fiesta de San Clemente ha perdido tirón en los últimos años. Los lorquinos no se identifican con ella…

– Soy consciente de esta situación pero lo primero es no perder la ilusión. Soy consciente de que la fiesta está en un stand by. Tuvo su gran auge en los noventa y luego empezó a entrar en un parón y sin un rumbo determinado. Charlando con responsables de la Comunidad Autónoma hablábamos de la necesidad de dar un nuevo giro que lleve consigo la implicación del sector de la hostelería. Necesitamos trabajar muchísimo, pero por eso, queremos promocionar la fiesta entre los propios lorquinos porque muchos la ven como un lugar cerrado. Esto no es un espacio acotado.

– Una de las cosas que muchos lorquinos echan de menos es la romería que se hacía cada 23 de noviembre al Castillo. Se sigue haciendo pero el nivel de participación ha disminuido considerablemente. ¿Puede haber influido la creación del parque temático y que muchos ya no sientan la fortaleza como algo común y popular sino estrictamente enfocada al turismo?

– Sí, ciertamente vemos como que el parque temático parece, y subrayo parece, un lugar cerrado. Yo ya he mantenido un encuentro con la gerente, con Mari Ángeles Lirón, e incluso con el presidente de Lorcatur. Hay una plena predisposición para participar en la nueva configuración que la fiesta va a tener. Yo tengo que reconocer que hay una buena voluntad. De hecho, el campamento medieval va a volver este año al patio de armas del Castillo. Eso es un gran logro. Vamos a crear concursos para niños y adultos para animarles a subir al Castillo. Queremos recuperar también el arroz popular de la fiesta para que todas las familias se sumen de manera activa a la fiesta del patrón.