Una huida sin recompensa

ABC, 02-05-2007

POR CARMEN ECHEVARRI

CEUTA. Pasará a la peculiar crónica negra de Melilla como un «sin papeles» más fallecido en su intento por alcanzar las costas de la ciudad autónoma. Sin identidad conocida, sin documentación que avale su origen, así se encontraba ayer el cuerpo inconsciente de un magrebí que, exhausto, había alcanzado la playa de Aguadú tras cruzar a nado desde Marruecos.

Todavía con vida, era atendido en plena playa por los servicios de emergencias locales sin que consiguieran recuperarle, muriendo a los pocos minutos. Había luchado contra el oleaje para alcanzar tierras melillenses, sospechando que así se garantiza su salvoconducto a Europa, pero la fuerza de la naturaleza pudo más que su ímpetu y de nada sirvió el rápido auxilio prestado por los miembros del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Benemérita (GEAS).

Sin pasaporte, vestido sólo con un traje de baño, todo hace pensar que se trata de uno de tantos argelinos que intentan introducirse por la ruta melillense para alcanzar una legalidad que resulta ya compleja de lograr, dada la aceleración de expulsiones que está llevando a cabo el Gobierno, lo que ha posibilitado en Ceuta y Melilla la repatriación de súbditos argelinos y asiáticos, procedentes sobre todo de India y Bangladesh.

Este joven, el primer cadáver que se recupera en las costas melillenses, será enterrado presumiblemente hoy en uno de tantos nichos de varones sin identificar que existen en los cementerios de las dos ciudades norteafricanas, convertidas en último descanso de aquellos hombres que huyen de sus países en busca de un futuro mejor.

Los clandestinos de Ceuta

Distinto destino es el que alcanzan decenas de inmigrantes que, asentados en las escolleras del puerto de Ceuta, intentan colarse a diario en alguno de los ferry que cruzan la línea con Algeciras. Entran en Ceuta con su documentación, por el paso del Tarajal, fronterizo con Marruecos. Una vez en la ciudad entregan sus documentaciones a otros individuos para fingir una ilegalidad evitando ser expulsados de nuevo al no conocerse su identidad.

La Policía Nacional los cifra en no más de 60, tras los efectivos resultados obtenidos en las últimas redadas policiales que se saldaron con 92 detenidos. Estos jóvenes magrebíes se ocultan en cuevas que preparan en la zona portuaria y, a diario, intentan el asalto a alguno de los barcos que atracan en el puerto ceutí. Ayer lo intentó un grupo de catorce, doce de ellos fueron detenidos. Se calcula que, cada semana, una docena de clandestinos consigue su propósito.

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