La víctima, una prostituta del Raval, recibió una puñalada con un cúter que le atravesó un pulmón La familia de la joven prostituta de origen rumano que fue apuñalada el domingo en el barrio del Raval de Barcelona busca al agresor por el barrio, porque está segura de conocer su identidad, según fuentes próximas a la investigación.

Liliana M., la joven rumana de 28 años que ejercía la prostitución en Ciutat Vella, recibió una puñalada en la espalda con un cúter a plena luz del día. Según los testimonios recogidos, los hechos se produjeron después de las 15 horas frente al número 77 de la calle Sant Pau de Barcelona. Un hombre extranjero empezó a discutir de forma cada vez más violenta con la víctima hasta que sacó el cúter y se lo clavó en la espalda en, al menos, una ocasión.

Aunque algunos de los testigos interrogados por los efectivos de los Mossos d’Esquadra responsables de la investigación iniciaron que el agresor podría ser magrebí, es factible que la víctima lo conociera y que de hecho, se tratara de una antigua pareja, igual que ella, de nacionalidad rumana.

Esa es la razón por la que los Mossos buscan por el barrio al ex novio de Liliana M. La cuestión es si lo encontrarán antes que la familia de la víctima, que parece contar con la misma información que la Policía autonómica.

Especialmente si se confirman los rumores que corrían ayer por el barrio donde habitualmente ejercía Lialiana M. la prostitución que señalan que la víctima habría fallecido como consecuencia de las heridas que le produjo su agresor.

Después de que se produjera el trágico suceso en plena calle, diversas dotaciones de la Guardia Urbana de Barcelona se trasladaron hasta el lugar de los hechos y pudieron hablar con la joven herida después de que recibiera una primera asistencia de los servicios médicos de las ambulancias que también acudieron al lugar de la agresión.

La víctima llegó a perder el conocimiento tras recibir la puñalada.La joven fue trasladada por los servicios de emergencias médicas al Hospital del Mar de Barcelona y el caso trasladado a los Mossos d’Esquadra.

Ordenanza de civismo

Desde que el Ayuntamiento de Barcelona aprobó la ordenanza de civismo se han sucedido agresiones a trabajadoras del sexo que ejercen su profesión en las calles de la ciudad. El hecho de que la normativa prohiba esta práctica ha llevado a las prostitutas a trabajar en zonas en las que hay escasa o ninguna vigilancia policial, lo que ha provocado que se haya incrementado el número de agresiones, algunas de las cuales se han llevado por delante la vida de algunas de estas mujeres.

Los colectivos de trabajadoras del sexo llevan meses denunciando esta situación y que las policías se ocupan únicamente de que no molesten a los ciudadanos que pasean por las calles y no de su seguridad. Puede, y sólo puede, que en un futuro atiendan sus reclamaciones. Mientras, se ocupan de que las calles estén más bonitas y limpias.