COLMADO EN SESIÓN CONTINUA. LA OPINIÓN DE LOS COMERCIANTES AUTÓCTONOS

El comercio étnico bulle en Barcelona

UNAS 2.000 TIENDAS ESTÁN REGENTADAS POR INMIGRANTES DE UN TOTAL DE 36.000

La Vanguardia, , 29-04-2007

ELENA CASTELLSBARCELONA

Los comerciantes autóctonos animan a los venidos de fuera a amoldarse al horario catalán
El comercio regentado por inmigrados emprendedores se expande por la ciudad. Si hace unos años las tiendas de alimentación de pakistaníes, las de ropa de chinos o los bazares de indios se limitaban exclusivamente al centro de la ciudad y más concretamente a Ciutat Vella, el panorama actual es muy distinto. Casi todos los barrios de la ciudad cuentan, en estos momentos, con algún colmado, locutorio o bar regentado por alguna persona inmigrada. El Consell de Gremis de Comerç i Serveis de Barcelona, que agrupa a 29 gremios que representan a 25.000 comerciantes y empresarios, calcula que de los 36.000 establecimientos comerciales que hay en la ciudad alrededor de 2.000 están en manos de inmigrados.

El Ayuntamiento no tiene datos oficiales sobre el número de tiendas de inmigrados que hay en la ciudad. Fuentes del Departament de Comerç explican que cuando se otorga una licencia de actividad comercial para abrir un comercio no se pregunta la nacionalidad del titular. En este sentido, Miquel Àngel Fraile, presidente del Consell de Gremis, asegura que “el primer día que abre su tienda se le puede considerar inmigrante, pero a partir del segundo día ya es un comerciante más”. En su opinión, Barcelona es una ciudad de acogida y, por lo tanto, el comercio debe servir para ayudar a integrar a todas las personas, procedan de donde procedan.

Respecto a los horarios maratonianos que hacen muchas de estas tiendas, principalmente las de alimentación, Fraile anima a los comerciantes venidos de fuera “a que se integren a nuestra cultura y a los horarios de los botiguers,que ya son amplios pero permiten conciliar los intereses de los compradores con la vida personal de los tenderos”. Respecto a este tema, Fraile asegura que hace años los comerciantes autóctonos veían con reticencia las largas jornadas de trabajo de los inmigrados, pero “ahora esta situación se está reconduciendo y ya son muchos los que se han adaptado a nuestras costumbres y horarios”. Fraile habla básicamente de las tiendas de textil regentadas por ciudadanos chinos.

La Confederació del Comerç de Catalunya ha editado un folleto de buenas prácticas para ayudar a integrar a los inmigrantes en la vida comercial y social de los catalanes. La guía, que se está empezando a repartir por Ciutat Vella, está editada en urdu, chino, árabe, inglés, castellano y catalán.

Sólo en Ciutat Vella se calcula que llevan a cabo su actividad comercial, conviviendo con los autóctonos, más de 300 establecimientos étnicos. Uno de los últimos estudios que han analizado esta situación ha concluido que el 70% de este tipo de comercios está regentado por ciudadanos de origen asiático: un 37% de Pakistán, un 17% de India y un 16% de China. La siguiente nacionalidad más numerosa es la marroquí, con un 8,8% del total. El 30% restante incluye hasta 28 nacionalidades diferentes.

Pequeñas tiendas, carnicerías, halals,restaurantes, tiendas de recuerdos, locutorios o bazares de electrónica, entre otros, se han ido abriendo paso desde principios de los proyectos dentro de la misma comunidad. Tienen fondos en metálico, articulados en torno a asociaciones como Tít. Treball, que proporcionan, en forma de crédito, los recursos. Es la misma comunidad la que, luego, nutre el fondo.

Mientras los Hinostrosa disponen de una estructura empresarial muy próxima a la de la antigua burguesía comercial catalana, el modelo pakistaní es menos familiar y se identifica menos con el barrio. De ahí parte de la desconfianza y de la mayor dificultad de integración.

Los pakistaníes, que dominan los comercios de alimentación en Ciutat Vella, y que a través de ellos han contribuido a la regeneración de las calles deprimidas, se expanden ahora por la ciudad para paliar la vieja crisis del comercio tradicional. Al igual que en el Raval, estas tiendas obtienen ventaja de la debilidad del tejido comercial. Encuentran oportunidades donde las tiendas de barrio han desaparecido y, al tratarse de locales pequeños – en su mayoría inferiores a 150 m2-,pueden abrir tanto como deseen.

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