Saltaron de un barco de pasajeros procedente de Melilla poco antes de que atracara, con la idea de llegar a nado hasta el muelle y así burlar la aduana. El fin del sueño europeo. Dos de ellos fueron localizados al poco tiempo, pero un tercero, de 23 años e identidad desconocida, permaneció durante tres horas en las aguas del puerto. El inmigrante, de origen magrebí, fue localizado con una fuerte hipotermia por buceadores de la policía.

Logró introducirse bajo la plataforma del recinto portuario – posiblemente gracias a la bajada de la marea – y así permaneció escondido, aferrado a un pilar submarino con el agua al cuello hasta que fue encontrado. Tras ello fue ingresado en el Hospital Carlos Haya.

Las dificultades para encontrarlo hicieron temer que se hubiera ahogado, por lo que se movilizó durante casi tres horas a una veintena de efectivos, entre el helicóptero de la Guardia Civil, una embarcación de Salvamento Marítimo y de la Cruz Roja y agentes de estos servicios y del Grupo de Rescate (GRES) de los bomberos, Protección Civil y de la policía.

Dos agentes del Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES) del Cuerpo Nacional de Policía dieron finalmente con él. Fuentes de este cuerpo explicaron que de no haberse realizado el rescate en ese momento, habría fallecido por la subida de la marea.

El personal del buque advirtió a las fuerzas de seguridad de que los inmigrantes saltaron sobre las 9.00 horas al ser interceptados, según informaron fuentes del Centro de Coordinación de Emergencias 112. Los otros dos hombres estaban indocumentados y quedaron a disposición de la policía. Como cada año, la llegada del buen tiempo hace temer una nueva oleada de inmigrantes hasta las costas andaluzas. Los tres últimos han salvado la vida, pero previsiblemente serán repatriados.