Detenida una banda de marroquís por tirotear a un carnicero en Fuencarral

La Policía investiga si el comerciante está implicado en el robo de su

La Razón, D. Valdecantos/L. Boullosa, 28-04-2007

Madrid – Todos los indicios apuntaban a que debía haber una relación entre
el atraco del pasado sábado a un supermercado del distrito de Fuencarral y
el tiroteo que sufrió el martes uno de los empleados que estuvieron
presentes en aquel, Pedro M., de 57 años, mientras descansaba en su coche
cerca del mismo lugar de trabajo. Y las sospechas se van confirmando, si
bien la conexión exacta entre ambos actos criminales no ha salido todavía
a la luz. El Grupo V de Homicidios de la Policía Judicial comenzó a
investigar la posible relación, y su trabajo ha dado ya frutos con la
detención de varios individuos presuntamente involucrados en ambos hechos.
   Fuentes cercanas a la investigación informaron ayer de que varias personas,
en cualquier caso más de tres, implicadas en el intento de asesinato
habían sido detenidas y permanecían bajo custodia policial. Al parecer
todos los presuntos implicados son de nacionalidad marroquí.
   Pedro, la víctima, reside en Coslada y trabaja como carnicero en un
supermercado del barrio de Fuencarral , es casado y con hijos ya
veinteañeros, y todo su vecindario de la calle Príncipe de España lo
describe como una persona pacífica, normal e integrada. Ingresó grave en
el hospital, pero su parcial recuperación le permitió declarar
antesdeayer. Según su testimonio inicial, los hombres que intentaron
asesinarle eran los mismos que unos días atrás atracaron el supermercado
llevándose, a punta de pistola, un ordenador y las carteras de los
empleados. El hombre declaró, además, que, tras dispararle, los agresores
le habían robado las llaves del establecimiento, si bien se ignora con qué
propósito.
   En una primera acción policial, se detuvo a cinco de
los sospechosos. Un sexto, al parecer el ejecutor del disparo, no fue
localizado. Sin embargo, no tardaría mucho en caer también. La Policía
espera ahora poder contrastar las declaraciones con las de los detenidos
para confirmar la implicación exacta de los hombres en ambos delitos y
desentrañar, sobre todo, los motivos que los movieron. En el primer caso
parecen sencillos: dinero. Sin embargo, porqué buscaron a Pedro para
descerrajarle un tiro a bocajarro, robarle unas llaves que no usarían y
huir sin robar objeto de valor alguno sigue siendo una incógnita.
   En principio podría pensarse que la supuesta resistencia que ofreció
durante el atraco o el hecho de que viera las caras de los ladrones podría
ser un motivo, pero lo cierto es que una reconstrucción exacta de los
hechos indica que las bragas con las que se cubrían la cara los asaltantes
no fueron arrancadas en ningún forcejeo, sino que cayeron por si mismas, y
que, en realidad, varios empleados pudieron ver perfectamente a los
atracadores.
   Lo único totalmente plausible del caso es la «suerte»
mayúscula de Pedro, que puede contarla pese a haber sido perforado por una
bala «loca» que entró por su hombro izquierdo, salió por su axila derecha
y finalmente quedó alojada en el brazo. Algunos lo llamarían milagro.
   

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