Educación asegura que ningún centro puede impedir el uso del velo en Euskadi

Diario de noticias de Alava, e. arteagoitia, 28-04-2007

Los agentes educativos se oponen a la creación de una normativa específica y apuestan por usar el sentido común

vitoria. El caso de Sana, Meriem y Turia, tres jóvenes musulmanas que por acudir al instituto con velo se han topado con la oposición de la dirección del centro en el que estudian, en Pamplona, ha vuelto a abrir el debate sobre el uso de los símbolos religiosos en las aulas. La falta de una normativa específica al respecto deja esta decisión, tanto en Navarra como en Euskadi, en manos de los centros; lo que da lugar a la polémica cada vez que se toma una determinada actitud al respecto, sobre todo si se opta por la prohibición.

Hace años, un colegio bilbaíno vivió una situación similar a la ocurrida en la capital navarra. “Fue un caso anecdótico; se solucionó sin mayor problema”, asegura Juan Mari Aztiria, inspector general de Educación del Gobierno Vasco. Y es que a falta de un reglamento al respecto, el Ejecutivo autonómico toma como base una ley que dice que “ningún alumno será discriminado en función de su ideología o religión” por lo que, añaden, todos los centros vascos deben permitir el uso de los símbolos religiosos, en este caso del velo, siempre que no afecte al desarrollo del alumno. Por ejemplo, queda prohibido taparse la cara. “El velo no puede impedir al profesor identificar al estudiante”, añade.

Prácticamente todos los agentes educativos, así como la comunidad musulmana, coinciden en la necesidad de evitar que se cree un reglamente al respecto. Basta con mirar al país vecino, Francia, donde se han producido altercados a raíz de la entrada en vigor de una norma que regulaba el uso de los símbolos religiosos, para concluir que es mejor emplear el sentido común. Así lo cree José Manuel Añón, director de Jesús Obrero, que recuerda que no hace tanto tiempo ver monjas en clase era algo habitual. “Estamos acostumbrados a una tolerancia mayor”, asegura.

A pesar de que la presencia de estudiantes inmigrantes es cada vez mayor en Álava, las que emplean este tipo de atuendo son una minoría. La religión musulmana indica que, tras el paso de niña a mujer, en la pubertad, ellas deben llevar la cabeza cubierta. “Pero es una decisión personal, no tanto una obligación”, explica Hajcida, que colabora en Vitoria con SOS Racismo y también en el instituto Francisco de Vitoria, uno de los centros de la capital alavesa con mayores tasas de inmigración.

Como la mayoría de las personas de su origen que residen en la ciudad, ella es de la opinión de que redactar una normativa específica agravaría la situación. “Se pueden encontrar con el enfrentamiento de los musulmanes, como ya ha sucedido en otros países”, insiste. En la misma línea, Kristau Eskola, que pese a su naturaleza cristiana tiene un 28% de alumnado inmigrante, apuesta también por el respeto a la situación personal de cada uno.

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