Tras diez días de navegación en condiciones infrahumanas, una patera con 69 inmigrantes a bordo llegó anteanoche al puerto tinerfeño de Los Cristianos. Dos de ellos no pudieron soportar la terrible travesía y fallecieron, uno nada más tocar puerto y a pesar de los intentos de los equipos sanitarios por reanimarle. Según el testimonio de los ‘sin papeles’, otras dos personas murieron durante el viaje y sus cuerpos fueron arrojados por la borda.

La embarcación arribó a última hora del miércoles a la playa de Archile y allí mismo comenzaron las labores de identificación, que permitieron concluir que todos son subsaharianos. Algunos presentaban síntomas de hipotermia y deshidratación, pero en poco tiempo recuperaron sus constantes vitales.

En el cayuco, de unos 17 metros de eslora y 2,5 metros de ancho, se almacenaban hasta 11 bidones de combustible, todos vacíos. La embarcación llegó a la playa por sus propios medios y sin que fuera detectada por ningún radar.

Desembarco en Dakar

Entretanto, el sueño de lograr una vida mejor que albergaban los 89 jóvenes subsaharianos cuyo cayuco naufragó frente a las costas de Mauritania se acabó ayer en Dakar, hasta donde les trasladó el buque hospital ‘Esperanza del Mar’. Los inmigrantes ilegales, que habían sido rescatados el lunes por el pesquero español ‘Segundo San Rafael’, fueron recibidos en el puerto de la capital senegalesa por las autoridades locales en medio de un notable dispositivo de seguridad.

Seis de los inmigrantes fueron hospitalizados en estado grave. También desembarcaron los cadáveres de los dos jóvenes que murieron en alta mar. Según los testimonios de los ilegales, otros diez compañeros fallecieron durante la singladura y sus cuerpos fueron arrojados al mar.

Los demás inmigrantes bajaron por sus propios medios y fueron trasladados en autobuses a la comisaría de la terminal portuaria. Al parecer, habían partido a Canarias desde una localidad pesquera de Senegal. Con visibles señales de cansancio y en su mayoría tristes y decepcionados, todos acataron las instrucciones policiales sin protestar.