Senegal pone trabas a los 89 sin papeles salvados por un pesquero español

ABC, 26-04-2007

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MADRID. La UE anunció recientemente con todo detalle que ofrecía 116 barcos, 27 helicópteros y 21 aviones para luchar contra la inmigración ilegal. El lunes, a la hora de la verdad, con las vidas de casi un centenar de personas en juego a 50 millas de Cabo Blanco, el rescate de un cayuco a punto de naufragar lo tuvo que hacer un pesquero gallego que pasaba por allí.

Mauritania ha recibido ayudas españolas, cuatro patrulleras y otros medios materiales y formativos. El martes se negó a que atracara en su puerto de Nuadibú el buque hospital español «Esperanza del Mar», que tras el rescate llevaba a bordo a 89 inmigrantes y dos cadáveres. Al menos 25 necesitaban atención médica, pero ese no fue argumento suficiente. Pesó más el de que «los barcos retornan a su punto de origen» y Mauritania tenía «fundadas sospechas», según fuentes de Exteriores, de que los náufragos no habían salido de sus costas. Una vez más, como ocurrió con el «Marine I», se atascó la negociación, o más bien acabó nada más empezar.

Ayer por la tarde, el buque hospital con los 89 inmigrantes se dirigía a un puerto senegalés «aún sin concretar», según Exteriores, para desembarcar a sus pasajeros. El GPS del cayuco ofreció la clave para saber que había partido de ese país hace bastantes días, según fuentes de Interior, pero al parecer también existen trabas para desembarcar en Senegal. Las condiciones de los náufragos eran terribles (una veintena tuvieron que ser atendidos por deshidratación e hipotermias) y, según sus propios testimonios, habían tenido que arrojar a una decena de compañeros por la borda.

Este cayuco es uno de los que había conseguido colarse y se dirigía a Canarias. Algo falló. Como el del lunes, otros lo siguen intentado porque la «temporada» ha comenzado. Según fuentes de Interior, raro es el día que no se intercepta alguna barcaza que intenta salir de Mauritania o Senegal. La política informativa ha variado y no se dan datos, entre otras razones porque de todos los medios de Frontex ahora sólo quedan dos patrulleras de la Guardia Civil en Mauritania (más las cuatro que se les entregaron a ellos) y una en Senegal, además de los medios de este país, un helicóptero del Instituto Armado y otro de la Policía.

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