El Ministerio de Asuntos Exteriores llegó ayer a un acuerdo con las autoridades senegalesas para que permitan el desembarco y acojan a los cerca de 90 inmigrantes ilegales que fueron rescatados del cayuco en el que navegaban por el barco pesquero español Segundo San Rafael, cuando faenaba en aguas de Mauritania.

Fuentes autorizadas del Ministerio explicaron ayer que el buque hospital Esperanza del Mar, al que fueron trasladados los inmigrantes tras su rescate, tenía previsto arribar a la costa senegalesa a primera hora de hoy. Según las mismas fuentes, el acuerdo con Dakar se alcanzó en la noche del martes, pero no quedó definitivamente cerrado hasta ayer por la mañana.

En principio, prácticamente todos los inmigrantes serían de origen senegalés, por lo que Dakar no debería plantear problemas para su acogida. Además, el cayuco fue encontrado por el pesquero español dentro de las aguas de responsabilidad de rescate de Senegal.

De los 89 inmigrantes que viajaban a bordo de la patera, dos fallecieron a causa de una hipotermia – uno antes de ser socorrido y el segundo ya a bordo del pesquero a la espera de la llegada del buque hospital – . Además, y tal y como han relatado los propios inmigrantes, otros dos de sus compañeros murieron durante el viaje y fueron lanzados al mar por la borda.

Los servicios médicos del Esperanza del Mar tuvieron que atender a 25 de los sin papeles que se encontraban en estado grave con síntomas agudos de hipotermia, deshidratación y ansiedad. El resto presentaba buena salud.

El pesquero vigués Segundo San Rafael avistó el cayuco cuando faenaba cerca de Cabo Blanco. Al comprobar que muchos de los inmigrantes presentaban un estado lamentable, los subieron a bordo y dieron la voz de alarma. Se puso en marcha entonces un dispositivo del Frontex, que envió al buque hospital Esperanza del Mar en su ayuda.

Un portavoz de la empresa viguesa Vieirasa, propietaria del pesquero, resaltó ayer sobre el rescate que es «lo que tenían que hacer». En declaraciones a Europa Press, explicó que en el buque trabaja una tripulación de 17 marineros, todos ellos de origen gallego. Ante el inminente hundimiento del cayuco, los pescadores se hicieron cargo de los inmigrantes y les dispensaron las primeras atenciones en tanto llegaba el Esperanza del Mar.