Xavier Trias anunció ayer su propósito de crear una concejalía de Integración, encargada de prevenir y actuar contra toda cuestión que represente una situación de discriminación para cualquier ciudadano, ya sea por raza, sexo o discapacidad. El candidato de CiU dijo que si alcanza la alcaldía de Barcelona tomará la medida, con la voluntad de que las decisiones que adopte la citada concejalía sean vinculantes para todas las áreas del Ayuntamiento. Asimismo, aseguró que dotará de mayor influencia a la Síndica de Greuges de la ciudad, a fin de que sus denuncias y recomendaciones no acaben con la elaboración de los correspondientes informes, sino que comprometan a la administración local a aplicar políticas activas para corregir los casos de discriminación.

Trias lanzó la propuesta durante el segundo día de su inmersión en el modelo de Estado de bienestar de Estocolmo. El alcaldable conoció el sistema educativo que aplica el gobierno local de centroderecha y se entrevistó con la ministra para la Integración, Nyamko Sabuni, una mujer negra nacida en Burundi que, desde octubre, con la llegada al poder de una coalición de cuatro partidos conservadores y liberales, se encarga, entre otros asuntos, de los vinculados con la creciente inmigración extracomunitaria. Ésta llega a Suecia atraída por la gran oferta de prestaciones sociales que dejó en herencia el hegemónico Partido Socialdemócrata, y que ahora el nuevo Gobierno trata de readaptar a la realidad cambiante del país.

En su visita a Estocolmo Xavier Trias está confirmando que el mitificado modelo sueco presenta serias deficiencias. El país escandinavo no se libra, por ejemplo, de los elevados índices de fracaso escolar ni ha evitado la aparición de áreas suburbanas, con más razones para ser catalogadas como guetos que cualquier barrio de la Barcelona que CiU aspira a gobernar.

Tanto en lo positivo como en lo negativo, la experiencia sueca le está sirviendo a Trias para reafirmar algunas de sus convicciones. Entre ellas, su apuesta por la colaboración entre los sectores público y privado – representada por la residencia de la tercera edad que visitó en Sundbyberg- y por una policía de barrio muy diversificada en sus tareas y, a la vez, muy especializada en la prevención del conflicto y el fomento de la integración. En este sentido, la ministra explicó al político las intenciones del Gobierno sueco de recuperar esta figura de agente de la autoridad, suprimida en los noventa, y que ahora tendrá la misión de reducir el creciente vandalismo y la inseguridad ciudadana. c