Detenida y puesta en libertad la inquilina del piso de Roses donde se produjo el supuesto secuestro

La Vanguardia, ANTONI F. SANDOVAL - ROSES, 04-04-2007

Los Mossos d´Esquadra dejaron sin efecto ayer la detención de Catalina T. M., la mujer venezolana de 29 años que tiene alquilado el piso del número 24 de la calle Sant Sebastià de Roses y que podía haber sido, al parecer, el escenario de un intento de secuestro a primera hora de la tarde del lunes. La supuesta detención ilegal de un ciudadano de origen magrebí de 29 años por parte de otras dos personas, al parecer de su misma nacionalidad, provocó un gran despliegue policial en el centro de Roses durante toda la tarde del lunes. El espectacular operativo policial acabó con el asalto por parte del grupo de los GEI de los Mossos a la vivienda donde supuestamente se escondía uno de los secuestradores, pero hallaron el piso vacío.

Pocas horas después de que sucedieran los hechos, Catalina T. M. había sido detenida y acusada de detención ilegal, tras declarar ante los Mossos d´Esquadra durante la noche del lunes al martes. Sin embargo, durante el día de ayer la mujer fue puesta en libertad al considerar la policía que su posible vinculación con los hechos es escasa y que, dado que tiene domicilio conocido, es fácilmente localizable.

Los Mossos d´Esquadra continuaban intentando localizar ayer, sin éxito por el momento, a los autores del supuesto secuestro. Según los datos de que dispone la policía, se trataría de dos personas de origen magrebí, una de las cuales sería el compañero sentimental de la mujer venezolana, con la que compartía el piso del número 24 de la calle Sant Sebastià de Roses, La policía sospecha que los autores del intento de secuestro puedan haber huido a Francia.

Los hechos sucedieron hacia las cuatro de la tarde en pleno centro de Roses. Según la versión de la mujer que avisó a la policía, que regenta un negocio frente a la casa donde ocurrieron los hechos, minutos antes de las cuatro un ciudadano de origen magrebí entro en su local para pedirle que avisara a la policía. Aseguraba que un amigo suyo había sido secuestrado por dos personas armadas. A los pocos momentos, siempre según la versión de la denunciante, otro magrebí amigo del primero llegó a la tienda y ratifico las acusaciones.

Cuando ambos vieron aparecer al supuesto secuestrador por la puerta de la calle de la vivienda, los dos hombres se ocultaron y alertaron a la dueña del local de que aquel hombre era “muy peligroso”. Fue justo en el momento en que el supuesto secuestrador volvió a entrar en la casa cuando, según la mujer, se escucho un ruido de una persona al caer a la calle tras saltar desde el balcón. La víctima también entró en la tienda pidiendo ayuda, pero seguida del supuesto captor. Según la testigo, los cuatro hablaron un momento entre ellos en árabe, por lo que no entendió lo que decían. A continuación, concluye la denunciante, todos salieron juntos del local y desaparecieron.

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