Sidi Seck, editor y poeta africano: «En África, un libro cuesta dos kilos de arroz»

La Razón, David BARBA, 31-03-2007

Entre los 12 trabajos de Hércules, ¿cómo olvidaron añadir el de editor?
Bien sabe lo que cuesta un sello el senegalés Sidi Seck (Kaolak, Senegal,
1967), que se ha empeñado hasta las cejas para sacar adelante a Takusan
Ediciones en Barcelona. Sin ayudas, sin padrinos, sin subvenciones, edita
en español (y catalán) a escritores negros, indios y aborígenes. La
cuidada edición de sus títulos hace de él uno de los independientes más
osados del panorama literario en España. Y para colmo es un poeta solvente.
    – ¿Un editor africano en España? ¡Pasará calamidades!
    – Lo acepto: me gustan los libros. Y he puesto todos mis medios materiales y
humanos para sacar adelante mi propia editorial. Estoy endeudado hasta la
camisa, pero he editado veinte buenos títulos.
    – Compatriotas
suyos se conformarían con abrir un locutorio.
    – Sé que soy
osado: Takusan Ediciones está especializada en traducir al español (y el
catalán) autores africanos, indios americanos y aborígenes australianos.
¿Sabe por qué lo hago? Creo que es la manera de lograr que nos entendamos.
    – ¿Entender África los españoles? ¡Quiá!
    – Tienen una virtud: por suerte, no son ustedes racistas. Eso sí: los
españoles son muy ignorantes sobre África. Y ahí entran en acción
iniciativas como la mía.
    – Hábleme de su cultura.
    – Para empezar, le diré que en África siempre ha existido una potente
literatura oral. Incluso existe una casta, los griots, que son trovadores
que recopilan cuentos e historias y salvaguardan el acervo cultural
africano.
    – Entonces, ¿usted es un griot?
    – Supongo que mi labor es un poco griot. Pero el más grande recopilador
de historias africanas fue el sabio, poeta y escritor Amadou Hampaté Ba.
Él encarna la tradición oral como nadie. Recogió el legado de los pastores
peül y escribió libros maravillosos. «En África, cuando muere un anciano,
se quema una biblioteca», escribió.
    – Caramba. ¡Quiero
leerle!
    – No puede. Al menos, no en español: apenas hay nada de
Hampaté Ba traducido. ¿Entiende ahora por qué he creado Takusan? Lo mismo
sucede con otros autores africanos fundamentales.
    – Ilustre a este
eurocéntrico, por favor.
    – Le gustará Léopold Sedar Senghor, uno
de nuestros más grandes poetas. En los años 30 acuñó el concepto de la
negritud, junto al martiniqués Aimé Césaire y el guayanés Léon Gontran
Damas. Fue un movimiento de poetas a favor de la identidad africana.
    – Deme más nombres.
    – Más tarde, otros
escritores criticaron la negritud. El premio Nobel Wole Soyinka dijo: «El
tigre no declara su tigritud. Salta sobre su presa y la devora». En todo
caso, sirvió para evidenciar que África no sólo es sinónimo de hambre y
desastres.
    – ¿Es usted un abanderado de lo africano?
    – El negro africano que soy ya no vive en un contexto colonial. Mi realidad
es la del momento. Y éste es un momento muy difícil para África. No dejo
de interesarme por la suerte de mi continente, pero vivo en Europa y me
parece más útil exportar mi cultura.
    – ¿Llegará un día en
que África sea un continente lector?
    – Eso espero. Me gustaría
que un día los africanos pudieran acceder a los libros como los europeos.
Por ahora, leer en África es muy difícil: un libro cuesta lo que dos kilos
de arroz.
    – A usted no le faltaba arroz, sino libros.
    – Emigré a París para estudiar. Después me invitaron a trabajar en la
Universidad de Granada. En el año 2000 gané un premio de poesía en
Cataluña y me trasladé a Barcelona. Entonces, fue cuando comencé en el
mundo de la edición desde abajo. Y me formé a fondo.
    – Quiero iniciarme en África. Recomiéndeme un libro.
   ?Le recomiendo «Una carta molt llarga» (existe en español: «Mi carta más
larga», editorial Zanzíbar]. En él, Mariama Ba habla de la condición de la
mujer africana.
    – ¿Y usted también escribe sobre África?
    – ¡Claro! Lea «Amina», mi novela: es la historia de una joven africana
educada a la europea. Recibe la visita de su hermana, educada a la
africana. En medio aparece la criada, que vive entre ambos mundos. Tendrá
una visión original de mi cultura. Y, además, le garantizo un rato de
buena lectura.
   

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