El crucero Sinfonía,procedente de São Paulo (Brasil) está bajo sospecha. Ochenta y dos de sus 500 pasajeros tienen difícil bajar del barco de lujo en los puertos donde atraque. La policía les impidió ayer descender en Cádiz y días antes ocurrió lo mismo en Tenerife. Son 50 mujeres y 32 hombres de origen boliviano. La orden procede directamente de Madrid y policías antidisturbios se desplazaron desde Sevilla para impedir que los pasajeros descendieran del buque, que llegó a Cádiz la noche del lunes y zarpó hacia Valencia pasadas las 13 horas de ayer. El resto de los pasajeros, más de 400 de varias nacionalidades, visitaron la ciudad sin problemas.

En total, viajaban 86 bolivianos, aunque cuatro de ellos tenían pasaje de avión de regreso a su país, por lo que la policía les “escoltó” al aeropuerto. El subdelegado del Gobierno en Cádiz, Sebastián Saucedo, cree que utilizar cruceros de lujo podría ser una nueva forma de inmigración, de ahí la negativa a dejarles desembarcar.

Las fuentes informaron que la sospecha de que los pasajeros pudieran pretender quedarse en España de manera irregular partió del hecho de que entre la mayoría de los bolivianos, 50 de ellos mujeres, no hay parentesco alguno. A mediodía, el buque zarpó rumbo a Valencia, donde la delegación del Gobierno ya informó anoche de que no les sería permitido descender a tierra dado que hay una orden en ese sentido cursada a todos los puertos españoles por la Comisaría General de Extranjería. La delegación del Gobierno hizo público que a los pasajeros del buque se “les aplicará la legislación”, por lo que “se revisará la documentación que lleven” y, en función de “si está en regla o no, se decidirá quien baja o no baja”. Después, el crucero se dirigirá a Génova, al parecer su destino final. España habría informado a Italia sobre la supuesta irregularidad de los pasajeros del Sinfonía.

Sin embargo, oficialmente ni la policía ni el ministerio del Interior quisieron ofrecer información sobre la causa que impide bajar a los pasajeros. Lo único que respondían era que los pasajeros “tienen prohibido entrar en territorio Schengen”. Un portavoz de Interior aseguró que incumplen la ley de Extranjería, sin concretar en qué. Se da la circunstancia de que sólo se impidió la bajada a los pasajeros bolivianos, para los que el 1 de abril entra en vigor la exigencia de visado que ahora no tienen que cumplir. La inminencia de la fecha en que entra en vigor la exigencia de visados podría estar en el origen de la desconfianza policial, aunque ningún portavoz de Interior quiso ayer reconocerlo.

Esto y el aumento de la llegada de bolivianos en las últimas semanas a puertos y aeropuertos hacen pensar que se trata de una orden expresa de Interior, que se adelanta a la entrada en vigor de la norma para cerrar el paso al aluvión detectado.

Otras fuentes apuntaban ayer que, al parecer, los 86 que viajaban en el crucero podrían carecer de algún documento o haber sido expulsados con anterioridad por estancia ilegal en España, lo que conllevaría la prohibición de entrada durante cinco años. Otra razón sugerida por las fuentes es que hubiesen sido detenidos por acciones delictivas en este territorio o que existiese contra ellos una reclamación judicial. Los pasajeros, de origen boliviano, habrían argumentado que carecen de visado porque hasta el 1 de abril no entra en vigor su exigencia y que van de paso hacia su destino en Génova.

En poco tiempo se ha disparado el número de ciudadanos bolivianos que tratan de aprovechar los últimos días que quedan para la entrada en vigor del visado de acceso a la UE. Para quitar hierro al asunto, un portavoz de la policía dijo ayer a este diario que los rechazos que se producen estos días en los aeropuertos españoles son mucho más numerosos que los 86 pasajeros del buque Sinfonía.Los pasajes para vuelos directos desde ciudades bolivianas rumbos a España se habrían agotado tiempo atrás y eso, al parecer, es lo que ha empujado a algunos a lanzarse a contratar plazas de cruceros, que incluso pueden ser más económicas que los vuelos, con escalas en puertos españoles.