La Policía impidió ayer desembarcar en el puerto de Cádiz a 82 bolivianos que pretendían entrar en España de forma irregular. Los inmigrantes viajaban a bordo de un crucero transoceánico y querían introducirse en la Península camuflados como pasajeros del buque. El intento de entrada en España se produce apenas unos días antes de que las autoridades exijan el visado a los ciudadanos procedentes del país andino. La operación estuvo coordinada por la Comisaría General de Extranjería del Cuerpo Nacional de Policía, reforzado por la Unidad de Intervención Policial para impedir su desembarco.

Fuentes de la subdelegación del Gobierno en Cádiz explicaron que el barco ‘Sinfonía’, perteneciente a la compañía de cruceros MSC y con bandera panameña, atracó el lunes por la noche en el puerto gaditano tras 18 días de viaje. Tras comprobar los pasaportes y visados de los cerca de 500 pasajeros que navegaban a bordo, la Comisaría de Extranjería de Madrid dio orden de impedir el desembarco de 82 de los ocupantes, todos ellos de nacionalidad boliviana y que carecían de autorización para entrar en España. Las razones esgrimidas eran carecer de la documentación necesaria, que hubiesen sido expulsados de territorio Schengen durante cinco años por estancia ilegal, que hubiesen sido detenidos por acciones delictivas en este territorio o que existiese contra ellos una reclamación judicial.

Las sospechas apuntan a que trataban de introducirse ilegalmente en el país al bajar a tierra confundidos con el resto del pasaje – que sí pudo desembarcar – «y luego no subir para continuar la travesía». Para evitarlo, se habilitó un dispositivo policial en la entrada del barco con el fin de custodiarlo hasta que zarpase.

Procedente de Brasil

El barco procedía de Fortaleza (Brasil) y había realizado una escala en Tenerife, donde tampoco se permitió el desembarco de estos 82 pasajeros. No obstante, las autoridades sí consintieron la salida de cuatro ciudadanos bolivianos que portaban un pasaje de avión en regla París – Río de Janeiro y que fueron escoltados hasta un aeropuerto. Tras abandonar el muelle Alfonso XIII de Cádiz sobre las 13,30 horas, el barco tomó rumbo a Valencia, siguiente escala del trayecto.

La de Cádiz es la primera escala en Europa que realiza este buque de 251 metros de eslora y catorce plantas con capacidad para 500 pasajeros y 200 tripulantes. El crucero, que ahora se dirige a Valencia, se había limitado hasta el momento a realizar viajes por la costa atlántica sudamericana, fundamentalmente entre Argentina y Brasil.