El delegado del Gobierno en Murcia, Ángel González, aseguró ayer que el caso de la mujer marroquí que se encontró muerta el fin de semana en un descampado es un “crimen pasional, dado que era una mujer separada, cuyo marido tenía una orden de alejamiento, por las características del asesinato y por el número de puñaladas que recibió”. Es decir, se trata de un nuevo caso de violencia doméstica.

El juez decretó ayer el secreto de sumario en el caso, pero trascendió que la mujer, de 30 años, estaba separada y su marido tenía orden judicial de alejamiento de ella. La mujer y un hijo de corta edad se habían trasladado recientemente a Orihuela (Alicante) desde Níjar (Almería). La Guardia Civil centra la investigación en la localización de la ex pareja de la fallecida, que se considera su supuesto agresor.

El cadáver se halló a unos veinte metros de un coche, en cuyo interior se localizó documentación a nombre de la mujer. La investigación policial apunta a que la víctima fue posiblemente violada y apaleada en su casa y después trasladada al paraje donde se abandonó el cuerpo.