El buque ‘Happy Day’, con 300 inmigrantes ilegales a bordo, prosigue su rumbo a la costa de Guinea – Conakry bajo la supervisión de un avión senegalés del dispositivo Frontex, encargado de controlar el correcto rumbo del barco, según informaron fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores ayer domingo.

El Gobierno español continúa conversando con Guinea Conakry para que los pasajeros a bordo sean repatriados a través de la colaboración de la Organización Internacional de las Migraciones, según la Dirección General de Comunicación Exterior.

Ayer, fuentes del departamento que dirige Miguel Ángel Moratinos calificaron de «largas y difíciles» las gestiones con Senegal, en cuyas aguas fue interceptado el barco, y con Guinea Conakry, de donde se cree que partió.

Paquistaníes

El barco fue detectado por una patrullera italiana que integraban también algunos policías senegaleses, pero el peso de la negociación ha recaído en España, al mantener acuerdos bilaterales con Senegal en materia de inmigración. Según estos acuerdos, los inmigrantes interceptados en sus aguas deben ser acogidos por las autoridades del país africano. Los ocupantes del ‘Happy Day’, de bandera norcoreana, podrían ser paquistaníes, mientras que los tripulantes, que fueron detenidos, procedían de Georgia.

El ‘Happy Day’ fue detectado en el marco de la operación Hera III de Frontex. Esta misión de vigilancia fue desplegada, a petición de España, en aguas jurisdiccionales de Mauritania y Senegal y permanece operativa desde el pasado 15 de febrero.