Última llamada para el vuelo Bolivia-Madrid

Más de 100.000 bolivianos han llegado en los últimos seis meses ante la

La Razón, Rocío Ruiz, 26-03-2007

MADRID – La noticia de que Europa iba a exigir visado de entrada a los
países de la Unión se filtró en abril de 2006. Cundió la alarma entre los
bolivianos que rumiaban la idea de convertirse en futuros inmigrantes, así
que prepararon las maletas a toda velocidad, vendieron el «auto», la casa,
las tierras… Todo, y compraron un billete de avión que les trajera a
España.
   Cuatro meses después, la mala nueva la confirmó en
persona la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de
la Vega, en su última visita al país andino. Era el revulsivo que
necesitaban los últimos indecisos. Las agencias de viajes hicieron su
particular agosto, lo mismo que las compañías aéreas, que duplicaron el
número de vuelos, mientras la Administración se desbordaba. Hace cuatro
meses que todos los billetes a Madrid están agotados, a pesar de que las
dos más grandes aerolíneas del país (Lloyd Aereo Boliviano y Aerosur)
ofrecen ocho vuelos semanales a la capital de España. Muchos tuvieron que
emprender su ruta desde otros países vecinos para dar el salto a España
con compañías argentinas o brasileñas. Es el caso de Carlos, de 29 años y
protésico dental en su país que acaba de aterrizar en España hace tan sólo
unos días. «Tuve que reservar mi billete con mes y medio de antelación.
Era la última oportunidad de poder reunirme con mi mujer y mi hijo, que ya
llevan año y medio en España».
   Hasta 2.200 dólares
   Pagó por un billete de avión con Iberia y cinco noches en un céntrico hotel
de la Puerta del Sol 1.800 dólares. Su ruta fue Bolivia – Brasil – Madrid. No
quedaban vuelos directos. «Recorrí varias agencias y algunas me llegaron a
pedir hasta 2.200 dólares». Pasó sin problemas el filtro policial de
entrada a España, pero no corrieron la misma suerte otros ocho
compatriotas. Levantaron las sospechas policiales y les hicieron pasar por
un amplio interrogatorio que acabó con la devolución a su país de dos de
los integrantes del grupo y de un ecuatoriano que se hizo pasar por
boliviano. «¿Tienen familia en España?», les preguntó la Policía. No,
venimos a pasear», cuenta que respondieron.
   Ahora Carlos busca
trabajo, pero el principal muro con el que se encuentra es la falta de
documentación. «Yo no me he llevado ningún desengaño, todo es igualito a
lo que mi mujer me contó. España me gusta, es mucho más grande que
Bolivia, pero tenemos previsto estar dos años, ahorrar un poco y volver a
nuestro país». Se cree afortunado porque entró sin problemas, pero conoce
casos de compatriotas que lo han intentado hasta cuatro veces sin éxito
porque presentar una carta de invitación o tener una reserva de hotel no
es una garantía total de entrada a España. «Han tenido que pedir préstamos
y lo han perdido todo. Incluso trataron de entrar a través de otros
países, como Francia, pero fracasaron».
   El final de esta
carrera contrarreloj para alcanzar el sueño europeo acaba el 1 de abril
después de una avalancha sin precedentes que se frenará en seco a partir
de este día.
   El balance de llegadas apabulla: España recibió
más de 100.000 bolivianos en los últimos seis meses, según las
estimaciones policiales. Entraron vía Francia, Portugal, Italia,
Amsterdam, Alemania o en vuelos directos desde el aeropuerto de Santa Cruz
del Viru Viru.
   A partir del domingo, el Gobierno calcula que las
llegadas se reducirán un 98 por ciento, lo mismo que ocurrió cuando se
impuso la exigencia de visado a los ecuatorianos. Conseguir el documento
supone ahora pasar un exhaustivo interrogatorio en la embajada, en el que
no debe quedar duda de que la verdadera intención de la visita es el
turismo.
   Es un flujo de inmigración tan reciente que uno de cada
cinco bolivianos se encuentra en situación irregular. Su crecimiento ha
sido meteórico: si en 2004 había 8.000, hoy se calcula que se encuentran
en el país entre 200.000 y 300.000 personas del país andino. De esa cifra,
sólo un máximo de 60.000 tienen sus papeles en regla para poder residir y
trabajar en el país. La avalancha migratoria ha salpicado incluso a
asociaciones de bolivianos en España, como Acobe, que se ha visto obligada
a limitar el acceso a los cursos de integración laboral que organiza todos
los jueves para dar preferencia sólo a los que llevan menos de dos meses
aquí.
   La asociación ofrece información en Bolivia sobre la
aplicación de la nueva medida. El portavoz de Acobe, Hugo Bustillos, cree
que «es negativa, porque limita el tránsito, pero también queremos ver la
parte positiva y creemos que las próximas personas que van a venir lo van
a hacer en condiciones menos vulnerables. Se abren pues nuevas puertas
para la inmigración legal».
   Historias desgarradoras
   El aeropuerto de Barajas se ha convertido también en escenario de
desgarradoras historias familiares en las que se han visto implicados
menores. Así, muchas madres que trabajan en España sin documentación han
visto en la imposición de visado una «valla» fronteriza que les iba a
impedir reunirse con sus hijos. El temor a no poderles ver en un largo
periodo de tiempo las empujó a pagarles el vuelo que les trajera a España
antes del 1 de abril, y de paso también abonaron el del familiar que se
encargó de acompañarlo. Pero en muchos casos el control policial de
entrada frustró todos los planes.
   «Un día recibí una llamada de
una mujer a las diez de la noche. Me impresionó. Llevaba año y medio en
España trabajando e incluso había llegado a privarse de comer por ahorrar
lo suficiente para pagar el importe de los pasajes de avión para su
familia. Ese día habían llegado a Barajas su marido y sus cuatro hijos. No
pudo verles. No reunían los requisitos de acceso y habían sido devueltos a
su país sin que pudiera siquiera abrazarlos. Imagínate su desesperanza.
Año y medio de trabajo tirado después de haberse gastado 10.000 euros en
billetes de avión para nada. Fue difícil consolarla y hacerla entender que
hay una serie de medidas que hay que respetar cumplir», relata el portavoz
de Acobe, Hugo Bustillos. La embajada del país andino en España ha
solicitado a la Secretaría de Estado de Inmigración que abra la mano con
algunos casos y «valore la situación global» antes de proceder a las
devoluciones de niños, señaló Álvaro del Pozo, encargado de Negocio. «Cada
día son retornados una media de 60 bolivanos, entre ellos niños que vienen
a reunirse con sus madres».
   

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