marinero en tierra

La instrumentalización despótica de la inmigración

Las Provincias, AGUSTÍN DOMINGO MORATALLA/, 25-03-2007

En el balance que hagamos de las fiestas falleras de este año ocupará un lugar privilegiado la forma en la que el ente público de RTVE ha informado sobre la ciudad de Valencia. Quien haya seguido los informativos de los días de las fallas habrá comprobado la instrumentalización que en los diferentes informativos se ha realizado de la situación de los inmigrantes en la Comunidad Valencia en general y, de manera especial, en la ciudad de Valencia.


Ha sido curioso observar cómo se han instrumentalizado las imágenes de los inmigrantes. Justo después de informar sobre el ambiente fallero y la pólvora, aparecían imágenes de los inmigrantes que sobreviven en el río, entrevistas y escenas para denunciar lo que informativamente planteaban como la otra cara de la fiesta. Cuando todos los analistas y expertos recuerdan que la mejor forma de afrontar la inmigración es evitando su manipulación política, la estrategia de los informativos centrales del ente público no ha tenido nada de neutralidad, de imparcialidad o de profesionalidad.


Dejaron constancia del esfuerzo que han hecho las autoridades municipales y las organizaciones cívicas, pero la intencionalidad de la información ha sido claramente instrumentalizadora. De la misma forma que la mayoría de los medios de comunicación han evolucionado significativamente –y para bien– en el tratamiento de la información, el tratamiento que se ha realizado estos días es una muestra de un tipo especial de manipulación de los problemas sociales que podemos llamar “manipulación despótica”.


Quien conozca el mundo de la información visual y escrita sabe que la neutralidad moral no existe y que, por consiguiente, cierta parcialidad y cierto perspectivismo son consustanciales a esas prácticas profesionales. En los medios de comunicación de titularidad pública sabemos que los políticos, los sindicatos y los grupos de presión comercial tienen tentaciones de manipulación partidista, política o económica.


Ahora bien, nos hallamos ante un tipo de manipulación informativa que podemos bautizar como despótica. Podemos llamarla así porque deja de lado los mínimos morales y legales que rigen la actividad profesional y se ampara en la voluntad arbitraria del unos responsables políticos que sólo están dispuestos a rendir cuentas a la cuota partitocrática que los ha nombrado.


En la vida democrática ya no es necesario que los políticos ejerzan un poder despótico. Teniendo informadores que les gestionen la información al margen de la profesionalidad, al margen de cierta transparencia y de espaldas a la mínima imparcialidad que requiere esta profesión, el poderío partidista está garantizado.


Es lamentable que esta manipulación se realice en un tema que requiere los más amplios consensos políticos y una sensibilidad informativa que no hemos visto estos días. Aprovechar estos días en los que Valencia se ha convertido en referencia mundial para transmitir la imagen de una ciudad incapaz de afrontar la inmigración nos parece no sólo despótico sino inmoral. Nadie duda que las autoridades de todas las administraciones pueden hacer más de lo que hacen. Nadie niega que la inmigración es un fenómeno complejo. Nadie niega que la situación en el río es insalubre, intolerable, indigna y casi inhumana. Ahora bien, tampoco nos cabe ninguna duda de que con tratamientos informativos tan manipuladores no mejoramos mucho la cuestión.


Quienes sabemos lo que es acompañar a los inmigrantes del río, buscarles trabajo, enseñarles español y luchar con ellos para que se les proporcione una atención justa estamos indignados ante estos tratamientos informativos. La inmigración no es un problema, ni siquiera un fenómeno, es un desafío moral para las sociedades del bienestar que están obligadas a reconstruir, reinventar y rehacer las tradiciones democráticas. Los inmigrantes son personas, son rostros y son voluntades que unas veces aceptan los albergues y otras no, que unas veces aceptan la compañía o la ayuda y otras no.


De la misma forma que sobran enfoques maquiavélicos de la información sobre la inmigración, también sobran enfoques románticos de quienes consideran que la inmigración se solucionaría abriendo las fronteras, dando papeles para todos y poniendo un funcionario público detrás de cada persona necesitada. Es probable que falte voluntad internacional para acabar con las mafias que instrumentalizan a estas personas, es probable que las políticas de desarrollo tengan que revisarse radicalmente, es probable que falten recursos económicos, incluso es probable que falten apoyos coordinados de todas las administraciones. Ahora bien, es probable que también falte cierta dignidad profesional para informar adecuadamente de un tema tan trascendente para todos.

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