Catalunya no estará presente en la octava Reunión de Alto Nivel que se inaugurará hoy en Rabat (Marruecos), con la asistencia de ocho ministros del Gobierno español y su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero. El Ejecutivo ha rechazado la petición del vicepresidente catalán, Josep Lluís Carod – Rovira, que en enero solicitó que el Govern fuera invitado a los encuentros bilaterales de España con Marruecos y Portugal. “No es una solución definitiva, pero es la solución más razonable y más práctica a nivel organizativo”, aseguraron fuentes de la Moncloa.
En la reunión que Carod mantuvo con el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en enero, el vicepresidente argumentó que la participación de la Generalitat en las citas con las autoridades magrebís y portuguesas era básica, debido a los intereses económicos de Catalunya en esos países y a que el colectivo de inmigrantes más numeroso es el marroquí.
Sin embargo, el Gobierno considera que estos dos razonamientos no son de peso. “Entonces, ¿debería ir Andalucía también?”, se preguntan en la Moncloa. “El Gobierno es capaz de defender los intereses de las comunidades autónomas”, añaden estas mismas fuentes. El Ejecutivo insiste en que la participación de los gobiernos autonómicos en la política exterior se ha reforzado desde que el PSOE llegó al Gobierno, puesto que participan en las cumbres bilaterales que se celebran con los países limítrofes. Cabe decir, no obstante, que siempre que eso ocurre – – por ejemplo, con Catalunya en las cumbres hispano – francesas – – , las autoridades autonómicas invitadas participan en reuniones paralelas a las de la agenda oficial.

CAROD, CON LOS CUATRO MOTORES
La Generalitat está digiriendo el rechazo de Zapatero e intenta quitarle importancia. Fuentes cercanas a Carod justificaron el no diciendo que el vicepresidente hizo la propuesta hace apenas 30 días, por lo que “no ha habido tiempo de planear la asistencia”. Sin embargo, no pudieron evitar cierto resquemor: “Carod estará el lunes (hoy) en Stuttgart Alemania en la reunión de los Cuatro Motores la asociación de las regiones europeas de Catalunya, Baden – Wurtemberg, Ródano – Alpes y Lombardía”, afirmaron con orgullo.

SIN TENSIONES APARENTES
La cumbre que se celebra hoy y mañana en Rabat se desarrollará en un clima menos hostil que la última (septiembre del 2005), que coincidió con el asalto masivo de subsaharianos a las vallas de Ceuta y Melilla.
Tampoco se respirará la tensión de la penúltima, a la que asistió José María Aznar (diciembre del 2003); todavía estaba demasiado próximo el recuerdo de Perejil y ambos ejecutivos tenían posiciones muy distantes con el asunto del Sáhara. Un tema encauzado por el Gobierno de Zapatero, con un giro favorable a Rabat, al poner en el mismo nivel que la salida del contencioso debe contentar tanto a los saharauis como a los marroquís. Un guiño al Ejecutivo de Marruecos, que estas semanas ha explicado a varios gobiernos europeos, entre ellos el español, su propio plan, el cual, por lo poco que ha trascendido, descarta el referendo de autodeterminación y propone que el Sáhara sea una autonomía.
Por este motivo y por otros (ninguno de los dos ejecutivos tiene demasiado interés en abordar los temas más peliagudos: la propia cuestión saharaui o la readmisión de menores y de inmigrantes de terceros países, por ejemplo), fuentes de la Moncloa aseguran que las relaciones diplomáticas viven “un momento dulce”. “Nunca hubo esta intensidad”, aseguraron esas fuentes antes de añadir que los dirigentes hablarán de inmigración, nuevos proyectos económicos y cooperación.
Además, el acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos, que podía enturbiar la cumbre, fue resuelto hace una semana, cuando Mohamed VI estampó su sello real en el pacto ratificado por Bruselas en verano y por el que los pesqueros españoles, siete años después, podrán volver a faenar en aguas marroquís.