NASBIL OSMAN
Nasbil Osman Serghini, nacido en Larache en 1964, se convirtió hace siete años en el primer marroquí que accedía a la Guardia Urbana de Barcelona. Osman llegó a España cuando solo tenía 22 años y trabajó unos años de forma ilegal. En Puigcerdà conoció a su mujer, una gallega con la que ha tenido dos hijos, y hace
16 años consiguió el DNI, su salvoconducto para poder ser policía, su vocación. Habla y escribe perfectamente el árabe, y se expresa bien en catalán, castellano, francés e inglés. También balbucea más de una palabra en alemán y portugués. Ahora está destinado a la UNOC, una unidad especializada de seguridad ciudadana que trabaja por la noche.

ALFONS MORA
Alfons Mora, de 34 años, fue el primer mosso de raza no blanca que se incorporó a la policía autonómica, hace nueve años. Nacido en Barcelona, de padre nigeriano y de madre egipcia, aunque con antepasados catalanes, Mora patrulla desde hace cuatro años en la ciudad de Granollers. No es el único mulato que trabaja en la policía autonómica. Solo un ejemplo:
en los mossos ya hay cuatro asiáticos.

LAS VENTAJAS
Los mandos policiales que defienden la incorporación de agentes de otras culturas dicen que es una buena manera de afianzar la confianza en la policía de estos colectivos y que la comunicación, mucho más directa y en la misma lengua, favorece las investigaciones. Otros son más partidarios de disponer de informadores a sueldo sin necesidad de que ingresen en la policía.