"El Diario. La prensa". Nueva York-EEUU: "Tres niños enfrentan la deportación"

Prensa Latinoamericana, 24-02-2007

NUEVA YORK/AP — Con 13 años a cuestas, Wendy Mejía ha sufrido más que cualquier menor. Su madre abandonó a la familia y su padre la tuvo que dejar en Honduras junto a dos hermanos para venir a trabajar en Estados Unidos. Los tres niños fueron abusados por los familiares, obligando al padre a traerlos por la frontera.

Ayer la familia sufrió un nuevo revés un juez de inmigración dijo que no tenía autoridad para detener la deportación de Wendy, su hermana Ixy, 12 años y su hermano Tony Josue, de 10. Los niños buscaban asilo, pero es una situación complicada. Pese a ello, Wendy dijo que no se van a rendir. “Tengo confianza en el futuro”, dijo Wendy a través de un intérprete. “Las cosas van a mejorar en el futuro”.

La situación de la familia es el resultado de poner a ciertos extranjeros en EE.UU. bajo el Estatus de Protección Temporal (TPS). Dicha designación permite a las personas permanecer en el país por el tiempo que su país se encuentre en una situación de guerra o se encuentra recuperándose de un desastre natural. Sólo un pequeño puñado de países se benefician de dicho estatus.

El padre de los niños, Margarito Mejía, se benefició de dicho estatus. Sin embargo, dicho estatus no le permite pedir a ningún familiar para venir a vivir a este país. Para reunirse, las familias que están separadas, normalmente vienen por la frontera de forma ilegal. Mejía dejó Honduras en 1998, después de que el huracán Mitch destruyera su pequeño rancho. El ingresó a EE.UU. ilegalmente. Con la decisión de poner a Honduras en la lista de países beneficiarios del TPS, debido al huracán, permitió a Mejía trabajar legalmente. El hondureño ha construido un exitoso negocio de construcción. A mediados de 2005, un amigo de la familia avisó a Mejía que sus hijas eran molestadas por un tío. El niño, por su parte, era golpeado, dijo el padre. Esta agencia no pudo contactar a los familiares en Honduras.

El padre decidió traer a sus hijos a través del desierto, pero fueron arrestados por las autoridades de migración, dijo David Sperling, abogado de la familia. Los niños fueron liberados y entregados a su padre, quien radica en Brentwood, Long Island y en donde los niños acuden a la escuela. A partir de ese momento, los menores enfrentaban una orden de deportación. Sperling indicó que los niños sufren de estrés y de traumas por lo vivido en su país. Wendy se imagina a un individuo tratando de agredirla y en ocasiones le da temor ir al baño. Ayer, Sperling se enteró que su petición de asilo iba a ser revisada. “Ellos no tiene lugar en su país a dónde ir”, dijo.

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