E.CALVO

LAS PALMAS. Todo seguía igual ayer al cierre de esta edición en el puerto de Nuadibú, donde 299 personas de origen asiático aguardan a que se decida su futuro. Hoy es su décimo día en el hangar de esta ciudad, después de que el barco con el que, presuntamente, trataban de alcanzar las costas canarias se averiase a 450 millas del Archipiélago. Tras el S.O.S., el remolcador español «Luz de Mar» acudió en su auxilio y cuando se encontraban a doce millas de Mauritania se les denegó la entrada en el puerto. Antes de su desembarco pasaron más de una semana fondeados frente al puerto de Nuadibú, y antes, dos meses en alta mar. Una odisea que no termina para los inmigrantes del «Marine I» en Nuadibú.

De origen asiático, supuestamente la mayoría de ellos podría ser de India; sin embargo, tras las identificaciones que han realizado oficiales de distintos países, Nueva Delhi sólo da por ciudadanos suyos a veinte de los 299 inmigrantes, por lo que en principio sería el número de indocumentados que aceptaría que fueran repatriados. Fuentes policiales descartaron ayer que los traslados fueran inminentes.

Engañados por las mafias

Lo cierto es que a pesar de su buen estado de salud física, los inmigrantes «cada vez están más y más deteriorados psicológicamente; a medida que pasa el tiempo se hacen más preguntas, temerosos de lo que pueda sucederles», explican a este periódico fuentes de Cruz Roja. Los inmigrantes que duermen aún en el hangar de Nuadibú «están un poco perjudicados», y se quejan también del «engaño» de las mafias que organizaron el viaje y que les aseguraron que «tardarían tres días en llegar a Europa».

El resto de indocumentados del «Marine I» permanece también a la espera. Un grupo de 35 subsaharianos sigue en una comisaría de Cabo Verde, desde donde podrían ser repatriados a la República de Guinea – país desde donde se cree que partió el barco – cuando la situación interna de este país se calme; otros 35 asiáticos están internados en un centro grancanario, donde han mantenido diversas entrevistas con representantes del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados para valorar la posibilidad de que se acojan al derecho de asilo.