Sucesos

El gran golpe a la prostitución china

El Mundo, 23-02-2007

Seis organizaciones se repartían el negocio de la prostitución de mujeres chinas en Madrid. La demanda era tan grande que estos grupos no rivalizaban por los clientes. Una investigación policial de casi 11 meses logró desarticular estas mafias. Hay 34 detenidos y de ellos, 14 son los responsables La Policía Nacional hizo un seguimiento minucioso de los anuncios de servicios sexuales publicados en los diarios de tirada nacional y, después de 11 meses de investigaciones, pudo desarticular seis organizaciones que prostituían a mujeres de origen chino.


Esta operación duró 11 meses y logró la captura de 34 implicados, 14 de ellos eran los máximos responsables. Un portavoz policial aseguró que el operativo se desarrolló en fases distintas a lo largo del año con intervenciones en los pisos ubicados en estas direcciones: Fuencarral 55, San Magín 6 y Ambrós 4, en este último hace pocas semanas. Los detalles de nombres, fechas y detenciones no pueden ser revelados, ya que aún no ha concluido la instrucción previa.


Desde que se produjeron los primeros arrestos, han ido desaparecido los anuncios que publicitaban el trabajo sexual de mujeres chinas. Según la Policía, las organizaciones están intervenidas y prácticamente desarticuladas.


La investigación policial fue realizada por el Grupo V de la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación y de la Unidad contra Redes, Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF). La unidad dedujo que las organizaciones, además del proxenetismo, blanqueaba capitales. Los cabecillas están acusados también de asociación ilícita y de inmigración ilegal.


La operación se dilató todo este tiempo porque los jefes de las mafias, así como las mujeres que trabajaban para ellas, cambiaban frecuentemente de domicilio y de móviles. Además, estas organizaciones realizaban sus operaciones por separado, y se estableció que la demanda era tan grande que prácticamente no se afectaban entre ellas.


Para dar a conocer la dimensión de las seis organizaciones, la Policía Nacional reveló que cada una gastaba cerca de 12.000 euros al mes para pagar los anuncios clasificados que aparecían en los periódicos de tirada nacional. Estos servían para enganchar a clientes y para reclutar a nuevas chicas, que en este caso se escribían en su idioma para despistar a las autoridades. Los gastos mensuales podían llegar hasta los 18.000 euros.


De las misma forma, cada organización atendía cerca de 60 clientes diarios, y en varios locales se había incluido el pago a través de datáfono para que los clientes pagaran los servicios con tarjetas de crédito.


Las mafias tenían varios métodos para la selección de las muchachas que trabajaban. Se valoraba sobre todo el aspecto físico y luego su disponibilidad para aceptar las reglas de la organización y el reparto económico.


Hasta el momento, todas las mujeres que han sido investigadas han declarado que trabajaban por su propia voluntad. Sólo una ha dicho que fue obligada a ello en contra de su voluntad, además de que había sido violada sistemáticamente por el líder de su organización.


Las sospechas de la policía apuntan a que estas redes ofrecían servicios de prostitución con menores de edad, aunque hasta ahora no se ha podido comprobar. Aun así, algunas de las habitaciones de los pisos intervenidos tenían muñecos y peluches y estaban decorados como habitaciones infantiles.


La actividad de los cabecillas de las organizaciones se enmarcaba en hacer los contactos para que las mujeres se acercaran a los clientes, así como la obtención de pisos donde se pudiera practicar la prostitución sin dejar rastro ni pruebas de la actividad. Se estima que, además, se ofrecía movilidad a los clientes.


Las organizaciones, operativamente, se manejaban casi de la misma forma. Los cabecillas siempre le daban la confianza a dos trabajadoras sexuales para que administrasen los recursos de la casa de citas, y también se contrataban personas que cuidaran del aseo y de la alimentación de las chicas.


Las claves de la operación policial


Durante casi un año de operativo se ha detenido a 34 personas. De ellas, 14 son organizadores y 20 son trabajadoras sexuales.


Los cabecillas y las prostitutas cambiaban frecuentemente de piso para evitar ser detectados por la policía.


Se sospecha que las redes obtuvieron 14 millones de euros. En un mes gastaban 12.000 euros sólo en hacer publicidad en los periódicos.


Hay pisos intervenidos en los que la decoración de las habitaciones, con muñecos y peluches, avivaba los deseos pederastas de los clientes.


Se estima que alrededor de 100 trabajadoras sexuales chinas se dedicaban a esta actividad a través de las seis organizaciones que han sido desarticuladas.


En un día de trabajo normal, una casa de citas podía recibir hasta 60 personas en busca de mujeres chinas.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)