El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró ayer que su gabinete trabaja con el objetivo de repatriar a sus países de origen a todos los inmigrantes del barco Marine I, interceptado frente a las costas de Mauritania cuando se dirigía a Canarias con 369 clandestinos indios, caboverdianos, srilankeses, birmanos y afganos a bordo.

Zapatero, que explicó que ACNUR y la Organización Internacional de Migraciones felicitaron al Ejecutivo español por la gestión de esta crisis, pidió al PP paciencia ante las dificultades para deportar a los inmigrantes, y reconoció que los policías que viajaron a Mauritania sufrieron «condiciones inaceptables», por las que ya se les pidieron excusas.

El líder de la oposición, Mariano Rajoy, afirmó que la gestión de esta crisis fue «un espectáculo lamentable», producto de la «auténtica catástrofe» de la política de extranjería del Ejecutivo socialista.

Según Rajoy, el Marine I puso de manifiesto, «con toda crudeza», la «deriva del Gobierno» en materia de inmigración. «Nadie le hace caso», reprochó el presidente del PP a Rodríguez Zapatero, en referencia al escaso éxito de las gestiones españolas con Cabo Verde, Senegal y Mauritania para que se hicieran cargo de los irregulares.