El mercado de trabajo español no es capaz de absorber toda la mano de obra inmigrante que llega a nuestro país. De hecho, durante el cuarto trimestre de 2006 la tasa de paro en el colectivo de trabajadores extranjeros subió hasta el 11,8% y afectó a un total de 110.100 personas, mientras que la de los españoles descendió hasta el 7,7%.

Ésta es una de las conclusiones del Indicador Laboral de Comunidades Autónomas publicado ayer por IESE – ADECCO. Según este estudio, la tasa de paro entre la población inmigrante se ha incrementado pese a que, durante el citado periodo, dos de cada tres nuevos empleos fueron asignados a personas extranjeras, con lo que el aumento en la ocupación del colectivo inmigrante ha sido 15 veces mayor que el de los españoles.

El estudio subraya, además, que la tasa de temporalidad española acumula 14 trimestres sin descensos, lo que indica que las medidas aprobadas por el Gobierno no han tenido «un efecto claro»; que el empleo creció a menor ritmo en el último trimestre y que durante el año 2006 se destruyeron empleos de jóvenes.

El trabajo augura que la tasa de desempleo seguirá fluctuando en entre el 8% y el 9%, «como desde hace seis trimestres», y reclama una mayor flexibilidad laboral.