Rubalcaba reprocha a Caldera la indiscreción que provocó un 'efecto llamada' desde Bolivia

El Mundo, 22-02-2007

Presume de haber repatriado a un 22% más de inmigrantes que durante los gobiernos ‘populares’ El PP tilda de desfachatez que diga que España está mejor cuando hay millón y medio de ‘irregulares’ El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se jactó ayer de que el Gobierno socialista está realizando más repatriaciones que el Ejecutivo del PP. Según los datos que facilitó en la Comisión de Interior del Congreso, durante la actual etapa se ha expulsado a un total de 313.204 sin papeles, lo que supone un 21,7% más que las 257.441 repatriaciones que se realizaron durante la legislatura popular.


Durante el año pasado, el Gobierno repatrió, devolvió y denegó la entrada a 99.445 inmigrantes, lo que representa un 7% más que en 2005. Para ejecutar las expulsiones, Interior fletó 324 vuelos, que tuvieron en su mayoría como destino Marruecos, Senegal y Rumanía.


La eficacia en las repatriaciones es, a juicio de Rubalcaba, un paso fundamental para desmontar el axioma que difunden las mafias de que todo inmigrante que llega a Canarias se queda residiendo ilegalmente en el país.


El responsable de Interior enarboló ayer un arsenal de cifras para justificar su política de Extranjería y responder a las duras reprobaciones del PP. Rubalcaba tuvo que escuchar los reproches de los portavoces parlamentarios sobre la gestión de la crisis del Marine I y la descoordinación entre los ministerios.


El rescate del buque, que se averió en aguas de seguridad senegalesas con 369 inmigrantes a bordo, ha puesto de manifiesto los fallos y la disparidad de criterios entre los diferentes departamentos. Así, Fomento acudió rápidamente a auxiliar el barco, lo que provocó el malestar de Interior. Por su parte, Exteriores – que lleva el peso de las negociaciones – está descontento con Interior y Trabajo, ya que considera que estos dos departamentos son los que realmente tienen competencias migratorias, pero se intentan zafar del problema.


Contradicciones


Rubalcaba admitió que existen ciertas contradicciones a la hora de gestionar la inmigración y puso un claro ejemplo: mientras el Ministerio del Interior trabaja para organizar vuelos para expulsar a los inmigrantes, Trabajo está recibiendo continuas peticiones de mano de obra extranjera por parte de empresarios y grandes superficies.


Ésta no fue la única alusión del responsable de Interior hacia el titular de Trabajo, Jesús Caldera, al que dio un tirón de orejas por haber anunciado antes de tiempo que Bruselas iba a imponer el visado a Bolivia. Según relató Rubalcaba, cuando a él le preguntaron por el asunto en agosto, se negó a facilitar el dato, pero luego a otro ministro «se le escapó», lo que ha contribuido a aumentar la presión migratoria de los ciudadanos bolivianos antes de la entrada en vigor del visado.


El titular de Interior admitió que la crisis del Marine I se podía haber resuelto mejor, pero añadió que el Gobierno mantendrá una postura firme para no transmitir el mensaje de que «todo aquél que salga y se quede a la deriva» acaba en España. El ministro sabe que se juega mucho en la resolución de esta crisis, porque hay más barcos esperando en el Africa occidental pendientes de cómo se soluciona el incidente.


Rubalcaba tampoco quiso esconder que existe un problema de presión migratoria, ahora especialmente asiática, pero añadió que el Ejecutivo está mejor preparado. Al igual que José Luis Rodríguez Zapatero, también se disculpó por las circunstancias en las que habían tenido que trabajar los policías enviados a Mauritania: «Yo, como ministro, soy el primero en lamentar las condiciones penosas en las que trabajaron los policías», reconoció. Para acallar las críticas, durante su comparecencia previa en el Senado, Rubalcaba prometió que habrá recompensas para los agentes que viajaron a Mauritania el 12 y 13 de febrero y tuvieron que dormir sobre unos cartones y en lamentables condiciones higiénicas.


El ministro justificó la precaria situación por las difíciles negociaciones con las autoridades mauritanas, que, a última hora, no permitían la entrada del barco en Nuadibú hasta que no llegasen los aviones para repatriar a los sin papeles. El diputado de CiU, Carles Campuzano, mostró su perplejidad por cómo se había negociado la crisis del buque, echó en falta el apoyo de la UE y censuró que el Gobierno español «tenga que gestionar solo el marrón».


La portavoz popular, Dolores Roldós, tildó de «desfachatez» que el titular de Interior afirme que España está mejor ahora, cuando hay casi un millón y medio de irregulares. Fue tal su énfasis en las críticas que llegó a realizar una insólita petición sobre Rubalcaba: «A usted habría que centrifugarlo».

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