Los coyotes han encontrado una nueva fórmula para que el tráfico de personas resulte más rentable. Con el fin de asegurarse el pago, obligan a campesinos e indígenas pobres, sobre todo del occidente del país, a que les entreguen sus terrenos o propiedades.

Lo que para muchos guatemaltecos de escasos recursos comienza con grandes esperanzas de cumplir el sueño americano, termina con una amarga historia de deudas y miseria luego de su deportación de EE.UU.

Con tal de irse, los migrantes firman un contrato de compraventa a nombre del coyote, y pierden sus propiedades.

El hallazgo surgió de numerosas entrevistas que la Dirección General de Migración y el Ministerio de Trabajo han realizado a los guatemaltecos deportados de Estados Unidos en los últimos meses.

“Nos llamó mucho la atención que los deportados no quisieran saber nada de los trabajos que les estábamos ofreciendo en Guatemala, así que intentamos indagar un poco más sobre sus razones para volver a EEUU”, afirmó Cándida González, viceministra de Trabajo.

Aunque en un principio los deportados no quisieron dar mayores detalles, al entrar en confianza confesaron que tenían demasiadas deudas para conformarse con los salarios que les ofrecían en el país. Por ello sólo 80 migrantes, de mil 400 deportados, se inscribieron en el programa de búsqueda de empleo.

Deudas impagables

Las deudas en algunos casos alcanzaban los Q150 mil. ¿Cómo es posible, se preguntaban las autoridades, que los migrantes acumularan una deuda tan alta sólo por llegar a EE.UU.?

La primera razón es que los coyotes han aumentado el precio del viaje de Q20 mil a Q50 mil por persona, debido a la demanda antes de que EE.UU. construya un muro desde el Pacífico hasta el Atlántico, en la frontera sur.

Pero lo peor es que obligan a los migrantes a pagar el 10 por ciento de interés por cada mes que se retrasen en el pago. Así que si tardan cinco meses en pagar, los Q50 mil se convierten en Q75 mil.

El problema se agrava si los guatemaltecos son deportados poco tiempo después de llegar a EE.UU., pues no han conseguido ganar dinero suficiente para amortizar los Q50 mil.

La segunda razón que impide que los migrantes puedan quedarse a trabajar en Guatemala es que los coyotes los han obligado a vender sus propiedades. “Creen que esos terrenos serán devueltos cuando paguen su deuda, pero en realidad ya han firmado contratos de compraventa que se los transfiere a la organización de traficantes de personas”, añadió González.

Cuando son deportados, la frustración y decepción es enorme, porque tendrán que volver a pagar a otro coyote que los lleve a EE.UU., para poder pagar la deuda al primero y, por supuesto, al segundo.

“Los inmigrantes pasan de una situación de pobreza a otra de miseria, sólo por no estar lo suficientemente informados sobre el sueño americano y los riesgos que representa”, explicó González.

Un año de penurias

Otro dato preocupante es que para poder pagar la deuda deben trabajar al menos un año en EE.UU., tiempo durante el cual su mujer y sus hijos no reciben ningún tipo de ingreso.

“Las mujeres se ven de la noche a la mañana solas, con varios hijos, y la responsabilidad de salir solas adelante, algo a lo que no estaban acostumbradas”, relató la viceministra.

A veces los hijos dejan de ir a la escuela hasta que su padre consigue pagar la deuda. “Durante el primer año no hay ninguna mejora de la situación económica”, dijo la funcionaria.

A ello hay que añadir la separación de las familias por largo tiempo, que genera muchos problemas sociales.

Según Ubaldo Villatoro, coordinador ejecutivo de la Mesa Nacional para las Migraciones, toda esta problemática es la consecuencia de la falta de una política de Estado. “Si se generaran más puestos de trabajo en el país, se informara adecuadamente a la gente de los riesgos que implica emprender viaje hacia EE.UU. y se dieran alternativas, ningún guatemalteco se encontraría en esta difícil situación”, afirmó.

También mostró preocupación por los riesgos que corren los migrantes al intentar volver a EE.UU. después de haber sido deportados. “La legislación estadounidense cada vez es más restringida, y si agarran a una de estas personas volviendo allá, será sancionada duramente. ¿Quién se ocupará entonces de sus familias y de pagar su deuda?”, se preguntó Villatoro.

La Mesa Nacional para las Migraciones está dispuesta a colaborar en una campaña nacional para prevenir el endeudamiento de los migrantes, pero “se requiere una acción decidida del Estado”.

Los montos

Q50 mil cobra un coyote por llevar a un migrante a EE.UU.

10 por ciento de interés mensual es lo que exigen.

1 año es el promedio que se tardan en amortizar la deuda.

A Q100 mil puede llegar la deuda, por la demora en el pago.

Proyecto: Empleo temporal

Como alternativa al endeudamiento, el Ministerio de Trabajo propone hacer alianzas con los empresarios norteamericanos que permitan que los guatemaltecos puedan trabajar temporalmente en EE.UU., pero con las garantías de un buen salario y trato justo.

“Ya he ido a la embajada norteamericana para que nos permitan cabildear para pedirles autorización para hacer alianzas con las empresas”, informó la viceministra de Trabajo.

Una vez se les dé la oportunidad de llegar legalmente, los bancos podrían darles financiamiento para pagarse su boleto de avión. “Así no tendrían que endeudarse, y la separación de la familia sería menos radical”, añadió.

“Queremos darle apoyo a los guatemaltecos que quieran trabajar en el extranjero, para que se vayan legalmente de forma temporal y sin deudas”, concluyó.