Mauritania impide atracar a un barco negrero rescatado por España en sus aguas

ABC, 05-02-2007

C. MORCILLO/P. ALCALÁ

MADRID/LAS PALMAS. Seguían su pista desde que, hace una semana, el buque «Marine I» partiera desde las costas de Guinea Conakry bordeando la costa africana en dirección al norte. Las sospechas de que el barco fuera utilizado para transporte de drogas o de inmigrantes irregulares se concretaron el sábado cuando, a unas 450 millas de Canarias, el pesquero emitía un S.O.S. dada su inestabilidad, pero sobre todo por la falta de agua y alimentos para garantizar la salud de los cerca de 200 paquistaníes que, a bordo del mismo, aspiraban a alcanzar las costas canarias.

Se encontraban entonces en aguas jurisdiccionales de Mauritania, país que, al no haber suscrito ninguno de los dos tratados internacionales de salvamento marítimo, el Solas o el SAR, deriva las competencias de sus aguas, en materia de salvamento, en España y Senegal.

Correspondía a Senegal auxiliar al «Marine I», pero con el argumento de que carecían de medios para prestar la ayuda solicitada, trasladaron el S.O.S. a los servicios de salvamento españoles que inmediatamente pusieron en marcha el dispositivo.

Al tiempo que el buque polivalente «Luz de Mar», con base en Tenerife acudía al rescate del «Marine I», el Ministerio de Asuntos Exteriores, en coordinación con el de Interior y el de Fomento, iniciaban los trámites diplomáticos y logísticos para, como dictan los acuerdos internacionales, acompañar el buque al puerto más cercano, en este caso el de Nuadibú, en Mauritania.

El Ministerio de Asuntos Exteriores obtuvo, el sábado por la noche, la conformidad de las autoridades mauritanas para que el buque de salvamento español remolcase al «Marine I» hasta el puerto de Nuadibú, según confirmaron a ABC fuentes de este Departamento.

El «Luz de Mar» contactó con el barco a unas 450 millas de la costa española, realizó labores de avituallamiento, entregando a sus 200 tripulantes agua y alimentos, y fijó la estabilidad del buque en peligro, cuyas condiciones de navegación «sin ser extremas, precisaban sin duda de nuestra intervención», relataron a ABC fuentes de Salvamento Marítimo.

A doce millas del puerto de Nuadibú, el «Luz de Mar» recibió el aviso de las autoridades españolas de que, pese al permiso inicial, la autorización técnica, dependiente de la autoridad portuaria de Nuadibú, había sido denegada.

Las gestiones diplomáticas entre ambos países para lograr el permiso del puerto mauritano no impidieron que ambas embarcaciones se vieran obligadas a permanecer en alta mar durante la noche del sábado.

Otra noche en alta mar

Las gestiones realizadas por Exteriores se retomaron ayer a primera hora, sin que al cierre de esta edición se hubiera obtenido permiso de la autoridad portuaria de Nuadibú para que ambas embarcaciones atracaran en los muelles del puerto mauritano, lo que se espera ocurra en las próximas horas, previo desembolso de una compensación económica.

En el puerto está preparado un dispositivo de la Cruz Roja, sufragado con fondos europeos, para atender a los irregulares. Según fuentes de Salvamento Marítimo, no hay indicios de que ninguno de los tripulantes del «Marine I» precise de atención médica urgente, aunque las condiciones de hacinamiento hacen que una nueva noche en alta mar resulte «poco recomendable».

La situación tiene paralelismo con la vivida por la tripulación del pesquero español Francisco y Catalina a quienes, tras rescatar a 51 inmigrantes, se les impidió desembarcarlos en el puerto maltés de La Valleta, permaneciendo durante diez días en el mar, en un pequeño pesquero con capacidad para una pequeña tripulación en espera de que cuajasen las gestiones diplomáticas.

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