Un rap para Evo Morales

El Periodico, 05-02-2007

Bolivia hierve, cimbra, y la agitación de la era de Evo Morales ya se cuenta y se canta al compás del rap y el hip – hop. La nave insignia de este movimiento se llama Ukamau y ké, cuya traducción aproximada, explica su líder Abraham Bojorquez, es: “Qué putas, somos indios, ¿y qué?”.
Bojorquez viste con pantalones enormes y ese gorro inconfundible popularizado en el Bronx y en Brooklyn. Siempre está acompañado por su móvil. Pero claro, Bojorquez está en El Alto, la ciudadela de 900.000 habitantes que rodea La Paz y que construyeron los indios que huían de la miseria, a 4.000 metros sobre el nivel del mar.
Allí se cocinó la protesta que tumbó al presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, en el 2003, durante la que se conoció como la guerra del gas. “A mi pueblo le han metido bala / disparando con gases y balines a las demandas”, cantó entonces Bojorquez.
Tenía 21 años y hacía poco que había llegado de Sao Paulo. “En Brasil trabajé desde niño en un taller de costura”, recuerda en conversación telefónica con este diario. En las favelas, aprendió la lengua flamígera del hip – hop y decidió volver con ese bagaje a El Alto “a despertar conciencias”.

Rincón callejero
Tres años más tarde, además de tener su grupo, Bojorquez, conduce el programa El rincón callejero de la radio de Wayna Tambo, la Casa Juvenil de las Culturas en El Alto que se propone “vigorizar la singularidad andina” y ser “parte activa” de una sociedad civil con “capacidad de movilización frente al Estado”.
Mientras “el Evo”, como Bojorquez le llama, impone visado a los turistas norteamericanos, Ukamau y ké sale en defensa del Gobierno con una música nacida en el corazón afroamericano de Nueva York. “Por causa de esta burguesía, la desigualdad crece día a día… Mira los jailones (ricos) paseando por el Prado, diciendo que yo no les agrado”, cantan en el tema Burguesía, incluído en el disco Para la raza. En El Alto, un gran top manta de la globalización donde está toda la música y las películas del mundo pirateadas, su disco se consigue por 0,20 euros.

Furibundos indigenistas
Bojorquez admite que hay gente en El Alto, furibundos indigenistas, que se quejan por sus inclinaciones estéticas: “‘¿Por qué usas la música del imperio?’, me recriminan. Y lo les respondo: ‘Oigan, lo nuestro es diferente’”. Ukamau y ké no solo usa instrumentos autóctonos (el charango, una suerte de bandurria, de cinco cuerdas, cuya caja es el caparazón de un armadillo, y aerófonos como la quena y la zampoña) sino que mezcla el castellano con el aimara y el portugués.
Bojorquez, que gana unos 30 euros mensuales, cifra parte de sus ilusiones en Morales, quien en las últimas semanas cambió a buena parte de su Gobierno. Entre los que dimitieron se encuentra uno de los padres de la nacionalización de los hidrocarburos, Juan Carlos Ortiz. “Evo avanza y cumple sus promesas, pero hay gente que quiere ir más rápido y le hace el juego a la extrema derecha”, señala.
Su música ha comenzado a traspasar el perímetro clasista de El Alto. Ya se escucha en otras regiones bolivianas, siempre andinas. Es difícil que llegue a las zonas ricas, donde Morales es demonizado.

Desprecio de la miss
Si El Alto tiene ahora su hip – hop, Santa Cruz, en las antípodas, se regodea con sus concursos de belleza. Todavía se recuerda cuando Gabriela Oviedo, Miss Bolivia, al competir en el 2005 por el cetro de la más linda del mundo, se quejó de que muchos pensaran en el exterior que todos los bolivianos “son indios, gente pobre y de baja estatura”. Ella era la prueba irrefutable de ese error. “Yo soy del otro lado, el este, que es muy caliente. Somos altos, blancos y sabemos inglés”, alegó la miss.
La gente de El Alto, dice Bojorquez, ha crecido escuhando cosas como esas. Tal fue el peso de ese discurso que muchos intentaron ocultar su origen. Trataron de blanquearse y apellidos indios como Quispe mutaron en Gispert. Pero eso ha cambiado. “Ya no nos dejamos manipular por la elite cruceña. Tampoco somos racistas. Se puede ser indio, reivindicar nuestro pasado y tener celular e internet. ¿O esas cosas son solo para ellos?”, dice el rapero.

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